Una serie de explosiones que tenían como objetivos edificios públicos en una pequeña ciudad al sur de China mataron ayer a al menos siete personas e hirieron a más de 50, informaron medios oficiales del país asiático.
Las autoridades dijeron que estaban tratando el caso como un acto criminal y no como terrorismo. Señaló que un hombre local de 33 años, identificado solo con su apellido Wei, era considerado como sospechoso, pero no dio más detalles.
El diario local Guangxi Daily informó que se registraron 17 explosiones entre las 15:15 y 17:00 horas locales en Liuzhou, dejando a siete personas muertas y 51 heridas. El periódico subrayó que el sospechoso no había sido aprehendido.
Clima de sospecha
Desde que una serie de explosiones devastadoras ocurrieron el pasado 12 de agosto en la ciudad portuaria de Tianjin, en las que oficialmente murieron 173 personas, se han registrado decenas de otros sucesos similares a lo largo del país. Ninguno de estos ha sido tratado como un acto de terrorismo. 
