El día de ayer se vivió un gran duelo en Sudáfrica. Más de mil personas asistieron al servicio fúnebre en Marikana, organizado por el gobierno a una semana de la masacre.
Los dolientes lloraron a sus familiares en los servicios fúnebres de los 34 mineros muertos por la policía, al tiempo que el país se pregunta quién dio la orden y quién debe ser culpado.
Las ceremonias se llevaron a cabo en toda Sudáfrica para honrar a los fallecidos por la violencia –que en total suma 44 muertos– en un país con una de las mayores incidencias de asesinatos y violaciones en el mundo.
“Si de mí dependiera querría que todos los participantes en este incidente —incluidos los gerentes de las minas— fueran detenidos, todos ellos, ya que la vida de una persona no tiene precio”, dijo Ubuntu Akumelisine, familiar de un minero muerto en la matanza de la semana pasada, a la agencia AP.
“Hemos aceptado todo lo ocurrido y pedimos que los muertos descansen en paz. Por el momento no podemos hacer nada; lo que pasó, pasó. Dios se lleva a los que quiere”, dijo Mungiswa Mphumza, hermana de un minero muerto del Cabo Oriental.
El presidente Jacob Zuma pidió al país que recuerde no solamente a los mineros sino a todas las víctimas de la violencia en Sudáfrica: 34 mineros murieron el jueves cuando la policía disparó contra los huelguistas, otras 10 personas fallecieron días antes en otro enfrentamiento, incluyendo mineros y policías.
El día debería ser una ocasión para que el país “llore y promueva una sociedad libre de violencia”, dijo Zuma en un comunicado. El mandatario no asistió a ninguna de las ceremonias fúnebres.
Zuma exigió el miércoles por la noche que nueve empresas mineras suministren alojamiento decente y medidas sanitarias a los mineros. Y es que dio el ejemplo de una vivienda de mineros en la que 666 trabajadores comparten cuatro retretes y cuatro duchas, según el periódico Star. No mencionó el nombre de la empresa.
El mandatario advirtió que quienes no cumplan con los requisitos de la ley de minería sobre la vivienda adecuada, corren peligro de perder sus licencias.
Mientras siguen los memoriales, el presidente sudafricano anunció que se creará una comisión judicial compuesta por tres miembros para que se encarguen del caso.
La intención de la comisión es revisar la conducta con la que se dirige la compañía minera Lonmin.
La huelga en Marikana provocó una alza en los precios del platino y grandes preocupaciones a los inversionistas en la economía más grande de África, según lo anunció la cadena Al Jazeera.
(Con información de AP)