Sudáfrica lista para las urnas

A tres décadas de alcanzar la democracia de la mano de Congreso Nacional Africano, el partido de Nelson Mandela enfrenta la posibilidad de perder la presidencia por primera vez desde el fin del Apartheid
Pablo Abundiz Pablo Abundiz Publicado el
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Mañana, 28 millones de sudafricanos votarán en las elecciones más importantes de su generación después de tres décadas del nacimiento de la democracia. Los ciudadanos elegirán a los miembros de la Asamblea Nacional quienes elegirán al próximo presidente.

En 1994, Nelson Mandela se convirtió en el primer presidente sudafricano tras el fin del Apartheid, y desde ese momento su partido, el Congreso Nacional Africano (ANC), ha gobernado con una mayoría en la Asamblea; sin embargo, las encuestas de este año arrojan una preferencia menor al 50 por ciento necesario para que el candidato oficial, Cyril Ramaphosa, logre un segundo mandato como jefe de Estado.

Si bien el ANC es considerado el partido que llevó la democracia a Sudáfrica a todas las personas en la época de Mandela, durante las últimas cuatro elecciones su porcentaje de votación ha disminuido. Mientras que en 1994 el partido logró el 70 por ciento de la preferencia, en el pasado ejercicio electoral solo el 57 por ciento de la población respaldó el proyecto y, de acuerdo a un seguimiento realizado por The Economist, este año solo el 43 por ciento de los electores tienen la intención de votar por el ANC.

Pese al declive en la popularidad del partido en el poder, el ANC continúa como la fuerza política más grande del país. Con más de 50 grupos políticos compitiendo en las elecciones nacionales, los tres más cercanos competidores de Ramaphosa se encuentran muy por debajo en las preferencias.

Un gobierno histórico de coalición en Sudáfrica

Alianza Democrática (DA), el principal partido de oposición de ideología de centro, no ha logrado despuntar y rebasar el 20 por ciento del voto que logró en las elecciones de 2019, mientras que Luchadores por la Libertad Económica (EFF), de izquierda, y Umkhonto we Sizwe (MK), partido que toma el nombre de la facción armada del ANC durante el Apartheid, se encuentran empatados en tercer lugar con solo el 12 por ciento de la preferencia.

Sin ningún partido con la mayoría simple requerida para designar al presidente, se abre en Sudáfrica la posibilidad, por primera vez en su historia, de un gobierno de coalición; pese a que esa parece la opción más viable en la teoría, en la práctica el país ha tenido malas experiencias con este tipo de soluciones en gobiernos locales.

A tan solo un día de los comicios, el ANC ha señalado que sus esfuerzos se centran en retener la mayoría y que no busca unir fuerzas con alguno de sus rivales. Durante los cinco años de la administración de Ramaphosa, tanto DA como EFF han criticado fuertemente su gestión por lo que una alianza con el partido oficial se predice complicada De no darse un acercamiento hacia los grandes partidos de oposición y sin la mayoría prevista en las encuestas, el ANC dependería de partidos pequeños para lograr reelegir a Ramaphosa.

El doctor Rubén Peña Carmona, jefe de Relaciones Internacionales en la Universidad La Salle y especialista en procesos políticos y conflictos de África, apunta que con la preferencia en las encuestas, la mejor posibilidad de ANC de permanecer en el poder es una coalición, pero para lograrlo se tendrían que hacer concesiones.

“La oportunidad de Congreso Nacional es hacer equipo con otras fuerzas políticas que salieron de las filas del mismo partido y por lo tanto habría que hacer concesiones. Habría dos temas importantes: los temas económicos y que están vinculados a casos de corrupción donde se han visto envueltos líderes del partido, y el aumento de la violencia, que preocupa mucho a los sudafricanos”, señala el doctor Peña.

¿Qué retos enfrenta el Congreso Nacional Africano?

La delincuencia es uno de los pendientes que en 30 años el ANC no ha podido resolver y, según comparte el especialista, tienen una correlación con la falta de empleo y la pobreza que aqueja al país. En 2023, en promedio 75 personas eran asesinadas todos los días.

El desencanto con un partido que en 1994 prometía un cambio radical se da por las constantes fallas en los gobiernos que ha formado. Si bien durante los primeros 15 años, tras el fin del Apartheid, la mayoría  experimentó mejoras importantes en su nivel de vida, como la promulgación de una nueva Constitución, las libertades expresión y movimiento, el crecimiento de la economía  de  los servicios y la seguridad social, en los últimos años los gobiernos del ANC no han cumplido las expectativas de los sudafricanos.

Pese al panorama que enfrenta el partido de Mandela, el doctor Peña apunta que puede ser la oportunidad del ANC para reinventarse, pues después de 30 años no es el mismo grupo que liberó a Sudáfrica del Apartheid.

“El partido tendría la oportunidad de una reinvención, de 1994 a la fecha Congreso ha tenido muchos cambios, incluso en los liderazgos, que lo han llevado a perder popularidad con la población; entonces, el impacto (de formar un gobierno de coalición) sería aceptar los fallos y buscar la renovación en las filas del propio partido”, comenta el académico.

Ramaphosa llegó al poder después de que su antecesor, el ahora candidato por el MK, Jacob Zuma, renunciara en medio de un escándalo de corrupción. Durante su administración, el presidente ha cambiado a figuras centrales en el gobierno y ha buscado resolver los problemas económicos del país; pese a sus intenciones, la economía más grande del continente africano se encuentra en problemas.

Hoy en día, el país de Mandela se encuentra con un crecimiento de su PIB de tan solo  0.9 por ciento, de acuerdo al Fondo Monetario Internacional, y una inflación del 4.9 por ciento. El porcentaje de desempleo es el más alto del mundo, 33,5 por ciento en general y 45 por ciento entre jóvenes de 15 a 34 años, y más de la mitad de la población vive por debajo de la línea de pobreza.

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