Son lobos con piel de oveja
Dzhokhar A. Tsarnaev y su hermano mayor Tamerlan llegaron a Estados Unidos huyendo del violento conflicto de su natal Chechenia, Rusia.
Sin embargo, salieron de la región del Cáucaso casi en calidad de refugiados de una guerra para pasar a ser los presuntos autores materiales de otro hecho que derramó la sangre de más de un centenar de personas: el atentado en el maratón de Boston.
Jorge Mireles
Dzhokhar A. Tsarnaev y su hermano mayor Tamerlan llegaron a Estados Unidos huyendo del violento conflicto de su natal Chechenia, Rusia.
Sin embargo, salieron de la región del Cáucaso casi en calidad de refugiados de una guerra para pasar a ser los presuntos autores materiales de otro hecho que derramó la sangre de más de un centenar de personas: el atentado en el maratón de Boston.
“No tengo dudas (para decir que) la guerra en Chechenia definitivamente afectó su visión del mundo”, dijo Aslan Doukaev, experto en temas de la región del Cáucaso y trabajador de Radio Libertad en Praga, para el diario The Washington Post.
Las palabras de Doukaev se publicaron el día que inició la “cacería humana” –como los medios estadounidenses se refirieron al operativo–, casi sin precedentes, de Dzhokhar.
Ese día, miles de efectivos de seguridad, repartidos entre miembros del Ejército y la Policía, se movilizaron a la locación de Massachusetts, Watertown, para dar con el paradero del menor de los Tsarnaev.
El hermano mayor, Tamerlan, murió abatido en las primeras horas del pasado 19 de abril, después de enfrentarse a tiros con autoridades, luego de una persecución que incluyó el lanzamiento de explosivos desde un automóvil robado en el que viajaban los presuntos terroristas, a patrullas de la policía.
En el incidente se dio a la fuga el chico de 19 años y quien, de acuerdo a los videos obtenidos por los federales, depositó la segunda bomba que estalló a 92 metros de la línea de meta.
¿De chicos modelo a terroristas?
Los presuntos autores del atentado que rompió con la sequía de ataques terroristas que data desde el fatídico 11 de septiembre de 2001, no entran en el perfil de autores de hechos extremistas en Estados Unidos. Al menos no lo que llegó a conocerse de ellos hasta antes de los bombazos.
Tamerlan, de 26 años, adquirió la residencia legal en 2007.
Tiempo después logró convertirse en ciudadano norteamericano.
Boxeador de peso completo, deseaba representar en en algún momento a la comitiva de Estados Unidos en los Juegos Olímpicos.
Quería ser parte del equipo del país que le abrió las puertas después de dejar atrás el conflicto bélico checheno, de acuerdo a TWP.
Además del box, entrenó artes marciales en Allston.
De carrera universitaria trunca, casado y con una hija de tres años, el fallecido sospechoso no poseía ninguna característica relevante que levantara sospechas en las autoridades.
No obstante, en medio de toda la algarabía que levantó el operativo en Watertown, su tía Maret Tsarnaeva añadió una pista a los investigadores: recientemente pasó de ser un musulmán poco practicante a uno bastante devoto.
“Recientemente, hace quizás dos años, empezó a rezar cinco veces al día”, dijo Maret en una entrevista para The Associated Press.
Además, fuentes indican que mostró interés por las ideologías del Islam más radicales, tomando en cuenta los videos que compartió de YouTube.
Dzhokhar, por su parte, era considerado un “chico brillante” con un “corazón de oro”, “un verdadero ángel” por su padre Anzor.
A diferencia de su hermano mayor, nació en la exrepública soviética Kirguistán, pero abandonó el país a los ocho años, de acuerdo a oficiales de ese país.
El 11 de septiembre de 2012 adquirió la ciudadanía de Estados Unidos.
Es estudiante de la Universidad de Massachusetts Dartmouth, informaron oficiales de la institución educativa.
Previo a ello, entrenó lucha en la prestigiosa secundaria pública Cambridge Rindge and Latin y fue acreedor de una beca de 2 mil 500 dólares para estudiar la universidad, precisaron fuentes noticiosas.
La gente que lo conocía describieron su vida como “tranquila” y que andaba comúnmente en patineta.
De actitud reservada, encajaba más en la personalidad de un joven extranjero, alejado de la cultura que lo vio nacer y con dificultad por adaptarse, más que en la de un terrorista que causó la muerte de tres personas y mandó al hospital a un ciento más.
El perfil terrorista
Tomando en cuenta los últimos cinco grandes atentados en EU en los pasados 30 años, difícilmente encontraremos alguna similitud entre sus autores y los hermanos Tsarnaev.
Excluyendo los cuatro hechos del 11 de septiembre de 2001, adjudicados por el grupo fundamentalista islámico Al Qaeda, el resto de los ataques terroristas tienen que ver más con grupos religiosos cristianos, la extrema derecha norteamericana y hasta un movimiento inspirado en un gurú indio, que con el perfil de los dos jóvenes chechenos.
Por ejemplo, en 1984, seguidores espirituales de Bhagwan Shree Rajneesh envenenaron con salmonella las barras de ensaladas de los restaurantes locales de The Dalles, Oregon.
Fue conocido como uno de los más grandes atentados bioterroristas de la Unión Americana, con un saldo de 751 personas afectadas.
El motivo: la comuna de seguidores del gurú nativo de la India deseaba favorecer a sus propios candidatos en las elecciones del condado incapacitando a la población a votar.
En 1993 ocurrió denominado “Cerco de Waco”, en la población texana del mismo nombre, evento que provocaría ataques futuros.
En febrero de ese año, la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego de Estados Unidos (ATF, por sus siglas en inglés) intentó entrar al rancho Mount Caramel Center donde se encontraba una secta protestante liderada por David Koresh, acusado de pedofilia.
Durante la incursión se desató un enfrentamiento a disparos entre fuerzas federales y miembros del grupo religioso.
El cerco que duró 51 días terminó con el incendio de las instalaciones de la secta, con un total de 80 muertos.
Dos años después, en 1995, se suscitó el bombazo en la ciudad de Oklahoma, uno de los más destructivos y letales de la historia norteamericana.
En la tragedia murieron 168 personas y resultaron heridas más de 680.
Los autores, Timothy McVeigh, Terry Nichols y Michael y Lori Fortier, argumentaron que lo hicieron en venganza por lo ocurrido en Waco.
De igual forma, en octubre de ese año ocurrió el descarrilamiento de un tren en Palo Verde, Arizona.
En el lugar del accidente, que hirió a 78 individuos y mató a uno, se encontraron varias notas que explicaban el motivo del sabotaje, que era el mismo del bombazo en Oklahoma, firmadas por “los Hijos de la Gestapo”.
Nunca se encontró a los culpables, aunque se presume que posiblemente eran miembros de la extrema derecha estadounidense, vinculados con algun grupo religioso.
En 1996, Eric Robert Rudolph plantó un paquete explosivo durante las Olimpiadas de verano realizadas en Atlanta, Georgia.
Un guardia de seguridad descubrió el paquete y el escuadrón antibombas entró en acción.
Lamentablemente, el dispositivo estalló antes de que todas las personas pudieran ser evacuadas, dejando un saldo de un muerto y 111 heridos.
Rudolph fue arrestado en 2003 y argumentó que lo hizo para “forzar la cancelación de los Juegos Olímpicos o crear, al menos, un estado de inseguridad para vaciar las calles y de tal modo acabar con las grandes cantidades de dinero invertido”.
Antes de ser atrapado, el terrorista hizo estallar otras bombas en clínicas de abortos en Atlanta, hechos que fueron aplaudidos y reclamados como propios por la organización antiaborto cristiana El Ejército de Dios.