Para Kailash Satyarthi, Premio Nobel de la Paz en 2014, la incesante muerte de niños en las guerras de Palestina y Ucrania “es inaceptable para cualquier sociedad civilizada”.
“Si un sólo niño muere en cualquier lugar por una guerra, el mundo no es una civilización”, declaró ayer el activista indio por los derechos de los niños durante un encuentro con los medios en el Hay Festival Querétaro 2024, donde es uno de los invitados especiales.
El activista, que en 2014 compartió el Nobel con Malala Yousafzai por su lucha contra la represión de los niños y jóvenes, dijo que, en este mundo tan dividido por ideologías y donde se ha globalizado casi todos los aspectos de la vida, “es momento de globalizar la compasión”.
“Hemos globalizado los mercados, la tecnología, el conocimiento, los datos, los negocios, la producción, la economía. Todo está globalizado y hemos visto las consecuencias de muchas formas, pero aquí me gustaría subrayar que es el momento de globalizar la compasión”.
Desde su trinchera, relató, ha hecho un llamado a líderes y cabezas de Estado de todo el mundo para defender los derechos de los niños en las guerras que se viven en Ucrania, pero sobre todo en Palestina, donde miles de niños han muerto bajo los constantes ataques aéreos israelíes.
Según la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, más niños han sido asesinados en ese territorio recientemente que en cuatro años de conflicto en todo el mundo.
Un mundo dividido
Kailash Satyarthi relató que desde que escaló el conflicto, con el ataque de Hamas en Israel en octubre de 2023, temió la gravedad de las represiones de ese acto y desde los primeros días de ataques sobre Gaza llamó a otros Premios Nobel de La Paz para pronunciarse sobre la protección de los niños en ese conflicto. La respuesta, dijo, fue muy decepcionante y alarmante:
“Llamé a uno de los Nobel laureados, un judío, que era como mi amigo, pero se enojó y me dijo que de qué estaba hablando. Yo dije: ‘esto debería parar’ y él: ‘No. Vamos a arreglar el curso de la historia, este es el momento de arreglar los problemas del pasado”, así que no estuvo de acuerdo cuando le pedí que nos pronunciamos para que estos niños fueran protegidos y no fueran asesinados de esa manera”.
Del otro lado, sucedió lo mismo. “Luego hablé con una amiga mía que también es premio Nobel de un país islámico y estaba muy disgustada, me dijo: no hables por los niños de Israel junto con los niños de Palestina. Deberías condenar enérgicamente y alzar la voz fuerte contra Israel’.”
Eso, dijo, ilustra perfectamente la profunda división que hay en el mundo, lo cual sólo ha fomentado el odio hacia los niños.
“Los niños nunca han iniciado guerras en la historia del mundo, ellos no son responsables de ninguno de los problemas que hemos creado como gente sabia, culta o poderosa. Los niños son los que peor sufren en cada guerra o conflicto violento, incluso en los desastres naturales del cambio climático”, enfatizó el activista.
Urge a proteger a las infancias
Agregó que tras esos intentos fallidos de convocar a los Nobeles de la Paz, logró que más de 100 laureados con el reconocido premio de distintas categorías firmaran una carta abogando por la niñez bajo fuego en el conflicto entre Palestina e Israel.
“En la carta he escrito que debemos hablar por la protección de todos los niños, por los niños de Gaza, asegurarnos de que los niños secuestrados por Hamás sean liberados. Y al final pido que se encienda la compasión en cada uno de nosotros y que encendamos una lámpara por los niños palestinos, por los de Israel, porque todos ellos son nuestros hijos”.
“He enviado estas declaraciones a todos los presidentes, primeros ministros, reyes o jefes de estado y obtuvimos una gran respuesta de algunos lugares y la idea de globalizar la compasión ha sido tan poderosa que la cuestión de la seguridad de los niños en Palestina se ha llevado en el discurso político y social mundial. Así que quiero continuar este diálogo con gente de Gaza- Palestina e Israel, así como con rusos y ucranianos”, añadió.