Sebastian Kurz, de pie ante su partido a pesar de su dimisión como canciller de Austria

Luego de dimitir como canciller por acusaciones de fraude y soborno, se espera que el político austriaco continúe representando a su partido a pesar de la oposición, al menos hasta que terminen las investigaciones en su contra
Fernanda Muñoz Fernanda Muñoz Publicado el
Comparte esta nota

En 2017, un joven austriaco se robó los reflectores a nivel internacional: Sebastian Kurz, quien con menos de 30 años llegó a representar al Ministerio de Relaciones Exteriores de su país, y al poco tiempo se convirtió en su canciller.

Pero no sólo eso, Kurz logró destacar dentro de Austria y la Unión Europea por también liderar a su corta edad al Partido Popular (ÖVP), llegando a recibir el apodo de “Niño prodigio” y múltiples comparaciones con otros políticos como Emmanuel Macron, presidente de Francia, y Justin Trudeau, primer ministro de Canadá.

Hoy, sin embargo, su posición es otra. El pasado domingo dimitió de su cargo luego de que la Fiscalía Anticorrupción lo acusara de haber utilizado “métodos criminales” de fraude y soborno para controlar a su partido y posteriormente al gobierno, a través del financiamiento de medios de comunicación a cambio de editoriales y encuestas favorables.

Al respecto, Kurz ha dejado en claro que seguirá trabajando por un mejor gobierno y luchará contra las acusaciones que se le han hecho, además de que no será un canciller “en la sombra” como se ha señalado.

Según medios locales, como el periódico austriaco Kronen Zeitung, aunque Sebastian dimitió de su puesto para darle estabilidad a su Estado, podría seguir controlando a su país a través de la nueva administración, debido a que continúa al frente del ÖVP y es gran aliado de su sucesor, Alexander Schallenberg.

Debido a ello, algunos representantes del partido Los Verdes, con el cual hizo coalición en 2017, han pedido su baja del grupo político, a fin de no afectar al nuevo mandato.

Ante esta posición, la internacionalista Norma Soto Castañeda, docente de la Facultad de Negocios de la Universidad La Salle, opina que son pocas las probabilidades de que Kurz deje su puesto en el ÖVP, ya que pretende seguir cuidando su imagen al menos hasta que terminen de concretarse las investigaciones en su contra.

“Su pensar puede ser: ‘Me quedo aquí para que vean que no estoy implicado en esta situación (de soborno y fraude)’; sin embargo, su popularidad ha bajado muchísimo y se espera que siga así porque una vez que hay un escándalo en torno a algún gobernante difícilmente vuelve a adquirir la confianza que había tenido antes, puesto que todo mundo se entera. Es una situación interna con un impacto internacional”, comenta.

Además, añade que otra de las razones por las cuales es poco probable que el austriaco abandone la política, es porque a eso se ha dedicado la mayor parte de su vida, dejando de lado su carrera de Derecho.

En ese sentido, se espera que Kurz continúe al frente de su grupo político, pero con la vigilancia de la oposición, así como de los aliados de otros partidos que podrían impedirle regresar a la cancillería.

“Todos los partidos de la oposición están de acuerdo con que no hay cambios en el sistema de Kurz. Todavía tiene todos los hilos en sus manos y Schallenberg es parte de ese sistema”, declaró al respecto el diputado  a la radio pública ÖRF.

Los retos de Alexander Schallenberg, sucesor de Sebastian Kurz

Al momento de declarar su dimisión, Sebastian Kurz aseguró ante la prensa que Alexander Schallenberg sería su sucesor, dejando de ese modo a un hombre con poca experiencia política al mando de los austriacos.

“Me acerco a mi nuevo papel como canciller federal con gran respeto por la oficina y los desafíos que me esperan. Puedo asegurarles que haré todo lo posible para servir a nuestro hermoso país”, compartió Schallenberg.

Asimismo, un día después de presentarse ante el presidente Alexander Van der Bellen, enfatizó que la responsabilidad de gobernar a su Estado no sólo recaería en él, sino en el Parlamento, en los Ministerios y en la coalición.

Ante ese escenario, la maestra Soto Castañeda opina que entre los retos que estará enfrentando tanto Schallenberg como el resto de su administración para conformar un buen gobierno será la creación de una acción conciliadora y un plan económico, político y social para hacer que Austria siga en el escenario internacional y regional junto a la Unión Europea.

“Todo esto lo tiene que cuidar muy bien para que Austria vuelva a tener la confianza que la había caracterizado durante muchísimos años como un país económicamente estable, y que no se había visto envuelto en escándalos fuertes como otras naciones; entonces Schallenberg tiene un gran trabajo para limpiar la corrupción y generar una estructura económica, política y social”.

Por otro lado, se prevé que en el caso de que el nuevo canciller lleve a cabo un buen mandato, eso lo ayude a impulsar su figura a nivel nacional e internacional.

“Si sabe jugar bien sus cartas, es decir, si hace un plan y lo estructura en el aspecto económico con una proyección interna e internacional, eso le daría una gran popularidad, pero debe actuar con mucho cuidado y cautela por la sombra que tiene de Sebastian Kurz, así que también debe desarrollar buenos programas que lo ayuden a salir de la crisis de la pandemia“, apunta Soto Castañeda.

También puedes leer: Inician las despedidas de Merkel con líderes del mundo

Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil