El retiro de Jeb Bush de la contienda por la Casa Blanca deja una pregunta en el aire.
¿Qué será de la dinastía política de los texanos Bush?
Dos de sus integrantes han ocupado la Presidencia de Estados Unidos.
La polémica sin duda ha sido fiel con los Bush. Nunca los abandona.
El exgobernador republicano del estado de Florida obtuvo un desolador cuarto lugar en la elección primaria de Carolina del Sur. Tras esta debacle no quedó alternativa y se retiró de la contienda.
La sangre Bush es como pocas en Estados Unidos. El patriarca y el hijo mayor han ocupado la silla de la oficina oval. Extienden su poderío hasta los estados de Florida y Texas. Además de que el expresidente George H. Bush fue titular de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
Analistas de Estados Unidos consideran que de nada le sirvió la estirpe familiar en la carrera interna de su partido. Y es que los republicanos se han visto eclipsados por la presencia de Donald Trump en la batalla.
A pesar del radicalismo de sus propuestas el magnate ha logrado mantenerse en la primera línea. El prestigiado diario The New York Times publicó que ahora los republicanos se enfrentan al dilema de apoyar a Trump o de plano destruir sus posibilidades.
Jeb Bush inició en el 2015 como el candidato favorito de su partido, el Partido Republicano. Esto lo colocó de inmediato como el aspirante conservador con mayor presupuesto para la campaña interna.
Entonces no se tomaba en cuenta que Trump fuera a participar. De hecho ni los propios republicanos creían que la figura del polémico empresario pudiera generar expectativa alguna en los estadounidenses.
Pero para sorpresa de todos Trump ha logrado preferencia en diferentes sectores al grado de que ya ganó las primarias en New Hampshire y Carolina del Sur, desplazando por completo al integrante de la dinastía Bush.
La gran incógnita está ahora en saber a dónde irán a parar los votos, pero sobre todo los recursos de Jeb Bush con su retiro.
De acuerdo a los analistas en Estados Unidos tanto votos como el dinero del ex Gobernador de Florida podrían ir a parar a la campaña del senador Marco Rubio, legislador por el estado que Jeb gobernó y al que se le considera un candidato más moderado.
El revés del electorado al segundo de los hijos del expresidente George H. Bush cambia la estrategia tanto para el Partido Republicano como para el Demócrata, que deberá enfocar sus baterías para un rival como Donald Trump.
La posibilidad de perpetuar el poder de los Bush entra en un espiral. ¿Es el fin de la dinastía?
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