Los israelíes están a unas horas de conocer cuál será el futuro de su país, debido a que este 2 de junio vence el plazo que el primer ministro, Benjamin Netanyahu, tenía para formar un gobierno consolidado.
De no conseguirlo, uno de sus más grandes opositores políticos, Yair Lapid, tendrá la oportunidad de conformar el gobierno que el primer ministro no ha podido impulsar desde hace años.
El pasado domingo 30 de mayo, fue el derechista Naftali Bennett quien aseguró que se uniría a Lapid para impulsar ese nuevo gobierno, y juntos, quitar a Netanyahu del cargo que ha ostentado desde 2009.
Ante esto, el líder derechista no ha dejado de remarcar que esta unión “es un peligro para la nación” y “la estafa del siglo”, un mensaje que su partido, Likud, también ha enfatizado en las últimas horas.
“Lo único consistente para Bennett es engañar a sus electores y otros votantes de derecha, tirar los ‘principios’ de los que ha hablado a la basura, todo para ser primer ministro a toda costa”, compartió el grupo político, refiriéndose al apoyo que Naftali Bennett le pudo dar a Netanyahu para crear con él el gobierno derechista que tanto ha buscado conformar.
בזמן הלחימה בעזה בנט הצהיר שממשלת השמאל ירדה מהפרק. היום, רק שבוע לאחר מכן, למרות ששום דבר לא השתנה, בנט דוהר לממשלת שמאל בתירוץ של מניעת בחירות. אבל כשבנט פסל את ממשלת השמאל בזמן הלחימה, אלטרנטיבת הבחירות הייתה רלוונטית באותה מידה כמו היום
— הליכוד (@Likud_Party) May 30, 2021
Al respecto, la doctora Ismene Ithaí Bras, internacionalista de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, declara que esta coalición entre Lapid y Bennett es un poco desesperada, sobre todo si se tiene en cuenta el tipo de partidos que piensan unir, un centro-laico y un derechista-religioso
“Incluso están uniendo al partido islamista, que es donde están representados todos los árabes israelíes. Entonces, ahí es interesante ver cómo están negociando, porque han asegurado que Bennett empezará (como primer ministro) en los primeros años y luego veremos a Lapid, una cosa que no se había visto antes”, admite.
Para ella, esta opción se dio principalmente para dos cosas: remover a Netanyahu de su cargo, y evitar a toda costa unas quintas elecciones, las cuales, añade, serían muy perjudiciales para Israel, pues si se llevan a cabo eso reforzaría la idea de que el Estado tiene una inestabilidad política muy fuerte.
“Probablemente la idea ahora sea esa, quitar a Netanyahu y después reorganizarse políticamente y ver cómo reacciona la propia población, la cual ahora está muy dividida”, añade la académica.
Actualmente, Israel vive una de sus crisis políticas más grandes, pues desde hace dos años ha luchado por conseguir una administración fija; sin embargo, y a pesar de las últimas cuatro jornadas electorales, no la ha conseguido debido a la falta de una mayoría parlamentaria.
En las últimas votaciones del pasado 23 de marzo, el partido de Netanyahu alcanzó sólo 30 escaños, 13 lugares más que Yesh Atid, el grupo político representado por Yair Lapid. Para alcanzar una mayoría deben tener 61, un número que tanto el gobierno del primer ministro como el de su opositor están cerca de alcanzar.
Mientras que a la coalición de Lapid le faltan sólo cuatro votos a su favor, a Netanyahu le hacen falta un aproximado de 10.
עד הקמת הממשלה המיועדת יש עדיין הרבה מאוד מכשולים. אולי זה טוב, כי נצטרך לצלוח אותם ביחד. זה המבחן הראשון שלנו. לראות אם אנחנו יכולים למצוא בימים הקרובים פשרות חכמות, בשביל המטרה הגדולה.
— יאיר לפיד – Yair Lapid🟠 (@yairlapid) May 31, 2021
La estrategia de Benjamin Netanyahu
En medio de esta incertidumbre política entre partidos, Israel también está afrontando la reciente violencia con el grupo Hamás y los palestinos, con quienes protagonizó un intercambio de bombardeos y el lanzamiento de cohetes, dejando a su paso más de 200 fallecidos y heridos.
Cristina Godos González, maestra en Relaciones Internacionales por la FCPyS de la UNAM, no descarta la idea de que estos sucesos hayan estado siendo utilizados por el primer ministro, Benjamin Netanyahu, para alargar aún más su administración, y en ese sentido, no darle una oportunidad a la oposición de tomar su puesto tan rápidamente.
“Es una estrategia bien planteada por parte de Netanyahu (…) Con eso podría ponerse en una posición de ‘aunque haya coalición, seguiré gobernando hasta estabilizar la situación”, dice.
Asimismo, la doctora Ismene Ithaí Bras reafirma que fue “extraño” que los ataques de Hamás a Israel y viceversa se hubieran presentado en estos momentos, cuando Netanyahu quería crear su gobierno y revalorizar su papel luego de que hace sólo unos meses fuera señalado de corrupción.
En ese sentido, la también catedrática admite que en estas próximas horas se verá a un Netanyahu muy movilizado políticamente, y no sólo para mantenerse en el poder, sino para no ser procesado en caso de que deje de ser el primer ministro de Israel y los señalamientos en su contra lo afecten.
“Además, algo en lo que debemos estar atentos es en Estados Unidos, porque si bien no ha manifestado nada aún, debe haber tensión por parte del gobierno de Joe Biden por ver qué pasa con Israel en virtud de cómo se rearma el gobierno a partir de los resultados que se puedan dar”, admite Bras.