Se abren nuevos frentes
El domingo, Israel lanzó un ataque aéreo contra un complejo militar cerca de la capital siria, Damasco, en el que perdieron la vida al menos 42 soldados sirios, según un grupo activista opositor al régimen que citó como fuentes a hospitales castrenses.
Indigo Staff
El domingo, Israel lanzó un ataque aéreo contra un complejo militar cerca de la capital siria, Damasco, en el que perdieron la vida al menos 42 soldados sirios, según un grupo activista opositor al régimen que citó como fuentes a hospitales castrenses.
Aunque el gobierno israelí no ha confirmado formalmente su participación en los ataques a Siria, autoridades judías que solicitaron el anonimato porque no estaban autorizadas a hacer declaraciones sobre operaciones militares secretas dijeron que el ataque aéreo tuvo como propósito impedir que armas modernas iraníes llegaran a manos del grupo extremista libanés Hezbollah, aliado de Siria y enemigo de Israel.
El gobierno sirio no ha difundido cifras sobre el número de muertos por el ataque israelí, el tercero del año en Siria y que tuvo lugar antes del amanecer, pero la prensa estatal siria informó que la incursión había causado víctimas.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, dijo que unos 150 soldados están normalmente destacados en la zona atacada aunque desconoce cuántos se encontraban al momento de la incursión.
Israel proseguía ayer con sus actividades habituales como “si nada hubiera ocurrido” e incluso el primer ministro Benjamin Netanyahu llegó a China para cumplir una visita programada.
Siria e Irán, que la apoya, han dejado entrever una posible represalia por los ataques, aunque el discurso en las declaraciones oficiales es relativamente moderado.
El ministro iraní del exterior, Ali Akbar Salehi, advirtió el lunes que Israel está “jugando con fuego” aunque no manifestó que pudiera haber posibles consecuencias, según la estatal Agencia Noticiosa de la República Islámica.
Siria describió los ataques israelíes como una “flagrante violación del derecho internacional” que ha convertido al Medio Oriente en una región “más peligrosa”. Damasco también afirmó que las incursiones mostraban los vínculos de Israel con los grupos rebeldes que intentan derrocar el régimen de Assad.
Por su parte, las autoridades israelíes indicaron que continuarán impidiendo lo que consideran como intentos de Irán de enviar armas modernas al grupo extremista islámico Hezbollah de Líbano en antelación al posible derrumbe del régimen del presidente sirio Bashar al Assad.
Israel ha amenazado en reiteradas ocasiones con intervenir en la guerra civil siria para frenar la transferencia de lo que describe como armas “innovadoras” a Hezbollah, grupo que tiene apoyo de Siria y que combatió a Israel durante un conflicto que se estancó y duró un mes en 2006.
El país gobernado por Netanyahu se había mantenido en gran medida al margen del conflicto interno siriodesde que en enero lanzó un ataque aéreo con el que destruyó supuestamente un cargamento de misiles antiaéreos que serían entregados a Hezbollah.
La situación cambió este fin de semana con el par de incursiones aéreas, incluida una ocurrida el domingo antes del amanecer cerca de un extenso complejo militar cercano a Damasco, que provocó una cadena de poderosas explosiones.
Un funcionario israelí de alto rango dijo que ambos ataques aéreos tuvieron como blanco cargamentos de misiles Fateh-110 que serían enviados a Hezbollah.
Los misiles teledirigidos de fabricación iraní tienen gran precisión y pueden transportar bombas poderosas de media tonelada hasta territorio profundo de Israel. El funcionario solicitó el anonimato porque no podía hacer declaraciones sobre una operación militar secreta.
En otros hechos en Siria, las fuerzas rebeldes derribaron un helicóptero militar en el este del país, matando a ocho soldados que viajaban en la aeronave, dijeron el lunes activistas.
(Con información de AP)
El bando de las armas químicas
Por Sandra de Miguel
En una nueva vuelta de tuerca, ayer El País publicó que la Organización de Naciones Unidas tenía indicios de que eran los rebeldes, y no el gobierno, los que habían empleado armas químicas.
Esto después de que explicaran que habían recabado testimonios de opositores tratados en países vecinos a Siria.
De ser esto así, ya que aún no se trata de pruebas irrefutables, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, habría acertado al ser prudente y esperar a que las informaciones sobre las armas químicas fueran más verídicas antes de intervenir.
Según el grupo de investigadores de la ONU los rebeldes habrían utilizado en sus ataques gas sarín, un agente nervioso mortal.
En una entrevista a un canal de televisión suizo, la jurista de ese país Carla del Ponte, fiscal en los tribunales penales internacionales para Yugoslavia y Ruanda, dijo que “Nuestros investigadores han estado en países vecinos [a Siria], entrevistando a víctimas, médicos y en hospitales de campaña y, según sus informes de la semana pasada, que yo he visto, hay sospechas fuertes y concretas, aunque aún no son pruebas irrefutables, del uso de gas sarín, dado el modo en que las víctimas tuvieron que ser tratadas”.
El régimen de Bachar al Asad fue el primero en acusar a los rebeldes del uso de este tipo de armas después de un ataque en Alepo el 19 de marzo. Ese día murieron al menos 25 personas y 100 resultaron heridas. Un misil cargado con una sustancia no identificada provocó en los heridos síntomas de asfixia y otros efectos inusuales.
Desde entonces, uno y otro bando se han acusado mutuamente.
Según la inteligencia norteamericana al Asad dispone de uno de los mayores arsenales de armas químicas de Oriente Próximo. En total, según la inteligencia estadounidense, tendría unas mil toneladas de gas sarín, gas mostaza y el agente nervioso VX, además de cianuro, almacenados en al menos 17 puntos diferentes del país, todos aún, en teoría, en posesión del Ejército oficial.
De ser ciertas las últimas informaciones, las reglas del juego podrían cambiar sustancialmente. Asimismo, el ataque reciente de Israel ha desatado todo tipo de especulaciones sobre si Siria y su aliado responderán y, en consecuencia, se ampliarán los campos de batalla de este conflicto que ya se ha cobrado más de 70 mil vidas.
Bachar al Asad
vs.
Moaz al Khatib
Partido Baath Árabe Socialista
Pertenece a la minoría religiosa alauí, que domina el país desde el golpe de 1963 y que supone el 10 por ciento de la población siria. Los alauítas son una rama heterodoxa del islam chiíta. Su principal aliado es Irán, también chiíta. Los chiítas constituyen una de las dos ramas más importantes del Islam y su característica principal es que son seguidores del yerno de Mahoma, Alí. Además, a diferencia de los sunitas, tienen un ayatolá, un líder espiritual con poderes ejecutivos en el Estado. Derivaron del fundamentalismo sobre todo tras la revolución de Jomeini en Irán en 1979. No obstante, la guerra interna de Siria va más allá de la cuestión religioso. Empezó con la Primavera Árabe y una mayor demanda de libertades.Líder de la Coalición Nacional Siria
La Coalición agrupa a la gran mayoría de las facciones opositoras al régimen de al Asad, incluidas las militares. El Ejército Libre de Siria es el principal grupo de oposición armada en el país, sin embargo, están surgiendo facciones islamistas vinculadas con Al Qaeda que también están luchando contra al Asad pero cuyo objetivo es imponer la “sharía”, como Al Nusra. No obstante, en términos religiosos, la oposición es sobre todo sunita. Estados sunitas que la apoyan son Egipto, Arabia Saudita y Turquía. Los sunitas son la otra rama principal del Islam. Se distinguen por seguir a los primeros califas sucesores de Mahoma. Son el 90 por ciento del mundo musulmán, con unos mil 200 millones de fieles.