Sarampión y coronavirus, la doble amenaza de AL

Los brotes de sarampión van en aumento y podrían ser una mala combinación para la región, cuyos sistemas de salud se enfocan en atender a los enfermos de coronavirus
Mara Echeverría Mara Echeverría Publicado el
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Los brotes de sarampión vuelven a ser un frente de atención para las autoridades de salud de América Latina, que por ahora mantienen el foco de sus esfuerzos para atender la contingencia que causó el Covid-19 en la región.

El aumento en los casos de sarampión avanza de forma sigilosa frente al aumento de los casos de coronavirus en los diferentes países, cuyos gobiernos enfrentan el desafío de evitar el colapso de los sistemas de salud y de las economías, después de la pandemia.

Sin embargo, ante el incremento del virus de sarampión en América Latina, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) advirtió que no debe desatenderse el frente contra esta enfermedad, en medio de la emergencia sanitaria que ha causado el Covid-19 en los países de América Latina.

El organismo que forma parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) registró un repunte en los brotes en Brasil, Colombia y Venezuela, por lo cual es imperante que las autoridades de los diferentes países den prioridad a la dispersión de vacunas entre la ciudadanía, de lo contrario, la enfermedad podría resurgir.

“Los esfuerzos para controlar el sarampión deben proseguir rápidamente en plena pandemia del Covid-19 o nos arriesgamos a borrar más de 20 años de progreso”, dijo Carissa Etienne, directora de la OPS, en un comunicado.

El sarampión, a diferencia del Covid-19, es una enfermedad que puede evitarse a través de la vacunación, pero esta práctica médica disminuye a raíz del impulso que tuvieron los movimientos antivacunas en los últimos años, explica Marisol Leñero Jiménez, médico operativo de salud en el trabajo en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

A esto se suma la condición de pobreza que en diversas zonas complica la creación de infraestructura hospitalaria, y en donde la que existe está sobrepasada ante el alto número de personas que han contraído coronavirus desde que la enfermedad llegó a la región, en los últimos días de febrero.

“Son dos virus que se dispersan rápido y, en el caso del sarampión, no hay tratamiento, pero sí una vacuna que evita la enfermedad. Es necesario que los encargados de los sistemas de salud generen campañas para concientizar a la sociedad sobre el riesgo y se vacunen, en caso necesario”, comenta Leñero Jiménez.

América Latina fue declarada libre de sarampión en 2016, pero la enfermedad registra un nuevo brote por los movimientos antivacunas

Este no es el primer llamado a enfrentar esta enfermedad. Las alarmas de la Organización Mundial de la Salud se encendieron por primera vez en el primer trimestre de 2019, cuando se registraron más de 110 mil casos de sarampión en todo el mundo, casi 300 por ciento más que en el mismo período de 2018, de acuerdo con datos oficiales.

¿Sarampión y Coronavirus,  virus similares?

Latinoamérica fue declarada como la primera región libre de sarampión por la OPS en 2016. Sin embargo, en los últimos tiempos la tasa de contagios registró aumentos de doble dígito en algunos países, en donde el número de personas con Covid-19 también es alto, como es el caso de Brasil.

En el país carioca, la tasa de casos sospechosos de sarampión por cada 100 mil habitantes es de 31.3, mientras se ubica como la nación latinoamericana con más contagios de coronavirus, con 97 mil 929 casos confirmados hasta el cierre de esta edición.

Cuba está detrás de Brasil, ya que reporta un incremento de 28.51 en el número de casos sospechosos de sarampión. En Paraguay la tasa de casos sospechosos de sarampión es de 22.76, de acuerdo con la OPS.

Aún con estos crecimientos, para la OPS los puntos de riesgo de contagio de sarampión están en Colombia y Venezuela, en donde el crecimiento de la tasa de contagio es de 8.91 y 4.47, respectivamente. En ambos países, el número de casos confirmados de coronavirus supera las 22 mil personas.

La situación para determinar las enfermedades puede complicarse ya que, desde la forma de contagio y algunos síntomas entre el sarampión y el Covid-19 son similares. Ambas enfermedades víricas se transmiten por gotículas procedentes de la nariz, boca y faringe de las personas infectadas. Las primeras señales después de la infección son fiebre alta, tos seca, escurrimiento nasal, dolor de garganta y conjuntivitis.

“Los síntomas de ambas enfermedades son parecidos porque son causados por un virus, pero el desarrollo es diferente, por ello es importante que se sigan los protocolos para detectar el Covid-19 desde el primer momento y considerar que el grupo de contagio de sarampión van, en mayoría, de niños pequeños que no fueron vacunados”, declara Leñero Jiménez.

El sarampión es una enfermedad muy contagiosa y grave. Antes de que la vacuna se introdujera en 1963 y se generalizara su uso, cada 2 o 3 años se registraban importantes epidemias del virus, que llegaban a causar cerca de dos millones de muertes al año. La enfermedad puede ocasionar ceguera, encefalitis, diarrea intensa, infecciones del oído y neumonía, por lo que las vacunas son la fuente más fiable para evitar los contagios.

La OMS refiere que a partir del nuevo milenio, la vacuna contra el sarampión evitó más de 21.1 millones de muertes. Mientras que a nivel mundial las defunciones por sarampión descendieron 80 por ciento.

“Todas las enfermedades mal tratadas pueden traer consecuencias graves y el sarampión no es la excepción, por ello es importante recordar a la población que deben vacunarse y crear conciencia sobre la cercanía de esta enfermedad, que no ha desaparecido del todo aunque se presenten menos casos”, Brasil dijo Leñero Jiménez.

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