El aspirante demócrata, Bernie Sanders reoxigena su campaña al imponerse de manera contundente a su contrincante Hillary Clinton en todas las votaciones primarias demócratas del fin de semana.
En Washington, el estado más importante de los que tuvieron comicios, pues otorga 101 delegados, el senador obtuvo alrededor del 73 por ciento de la votación.
En Alaska consiguió alrededor de 82 por ciento de los sufragios y en Hawái una cifra cercana al 70 por ciento.
Las aspiraciones del senador Sanders han tomado un nuevo impulso con estas victorias, con las que ya suma cinco triunfos en las últimas seis elecciones y acorta distancias con la ex primera dama Hillary Clinton que, aún así, sigue siendo la mejor posicionada para quedarse con la candidatura demócrata.
Si bien Washington era un estado que otorgaba un considerable número de delegados, Alaska y Hawái eran considerados como ‘premios menores’ ya que solo otorgaban 16 y 25 respectivamente.
Aunque las victorias del sábado pasado le permitieron seguir con vida en la carrera por la nominación y acortar distancia con su contrincante, Sanders aún tiene un difícil camino por delante, ya que tendría que ganar gran parte de los comicios restantes de aquí al mes de junio y de hacerlo por los márgenes con que lo hizo el fin de semana pasado, para quitarle a Clinton la candidatura.
Las cifras demócratas
Según estimaciones de la cadena CNN, la ex secretaria de Estado, Hillary Clinton, había acumulado hasta antes de las votaciones del sábado pasado mil 711 de los 2 mil 383 delegados necesarios para obtener la nominación demócrata.
Sanders por su parte contaba con un total de 952.
Aún con la contundente victoria del sábado anterior, el margen entre ambos no se ha reducido lo suficiente para poner nerviosa a Clinton.
Se estima que el senador Sanders tendría que ganar alrededor del 75 por ciento de los delegados restantes para poder derrotar a Clinton.
Sin embargo, en un proceso electoral que ha sido el más particular de los últimos años en Estados Unidos, no se debe descartar aún al senador por Vermont, quien ha sido una gran sorpresa en la elección demócrata, en donde en un principio no parecía ser rival para Clinton y, sin embargo, con el avance del proceso electoral ha ido creciendo en las preferencias.
Las próximas paradas en las primarias del partido demócrata serán en el mes de abril. Empezando el día 5 en Wisconsin, el 19 en Nueva York, y el 26 con otro de los llamados ‘Super Martes’ con votaciones en Pennsylvania, Connecticut, Delaware, Rhode Island y Maryland.
El mes de abril podría ser el mes más decisivo con estas tres jornadas electorales por el número de delegados que se otorgan, en caso de que Hillary Clinton se alce con un importante número de delegados, esto podría significar el impulso definitivo para dejar atrás a Sanders.
Por su parte, el senador de Vermont sabe de la importancia de la cita y de la necesidad de obtener una victoria importante que le permita permanecer en la lucha, pues de no reducir el margen que lo separa de Clinton durante el mes de abril podría terminar con sus aspiraciones.
En caso de conseguirlo le daría el aire suficiente para pelear por la candidatura hasta el último aliento. Sanders tiene un estado marcado con rojo: California, estado donde se reparten 475 delegados en el mes de junio, la mayor cifra en todos los estados. Las proyecciones de Sanders pasan por llegar a la cita en California aún con opciones de quedarse con la nominación.
El candidato improbable
Bernie Sanders es un hombre de 74 años de edad, senador por Vermont, uno de los estados más pequeños de la Unión Americana; un declarado socialista que podría convertirse en quien le haga perder a Hillary Clinton por segunda vez la candidatura a la Presidencia de los Estados Unidos (perdió en 2008 contra el actual presidente Barack Obama).
Llegó al Congreso de los Estados Unidos sin ninguna filiación partidista, y aunque ahora participa en la elección interna para buscar la candidatura demócrata a la Presidencia, solo lo hace porque asegura que si se presentara como candidato de un tercer partido, sus posibilidades de victoria serían menores.
Con una agenda política progresista y su postura a favor de mayores beneficios sociales, ha encontrado su base de apoyo en el sector de izquierda de los demócratas, además de contar con la preferencia del sector más joven de entre los votantes.
Quien hasta hace unos meses era un nombre poco conocido para una gran parte de los votantes estadounidenses, y cuya presencia se antojaba hasta antes del arranque de las primarias como meramente testimonial, ha logrado importantes victorias, tales como las de New Hampshire al inicio de la contienda, o la más reciente del fin de semana pasado.
Aunque no ha logrado acercarse como él quisiera a Hillary Clinton en la carrera por la nominación demócrata, el empuje de su campaña lo mantiene todavía en la lucha, con una mínima pero firme posibilidad de victoria, ha dejado de ser sorpresa para convertirse en una realidad. Un hombre que hasta hace unos meses parecía como un candidato improbable, hoy aún tiene fichas en juego.