El alcalde de Ámsterdan, Eberhard van der Laan, anunció que el acoso verbal-sexual en espacios públicos será sancionado con hasta 4 mil 100 euros.
Esto, después de haber realizado un estudio a mil mujeres en el que el 59 por ciento aceptó haber recibido algún tipo de comentario, silbidos e intimidación sexual.
En México, según el gobierno de la CDMX, 7 de cada 10 mujeres en 2016 fueron víctimas de algún tipo de acoso en espacios públicos y el transporte, los responsables, no obtuvieron ninguna sanción por ello.
Como medidas precautorias las autoridades Ciudad de México implementaron la separación de género en el metro y metrobus en 2012, sin embargo, el acoso callejero no ha sido sancionado.
En mayo de 2016, el gobierno de Miguel Ángel Mancera distribuyó silbatos especiales a mujeres y hombres con la intención de que fungiera como un instrumento de protección para mujeres en caso de violencia, acoso o peligro.
“Cuando veas una conducta inusual, advierte a la persona que se abstenga de realizarla. Pide apoyo de los que te rodean y acciona el silbato hasta que llegue la ayuda”, explica el folleto que acompaña el silbato.
¿Funciona?
¿Somos parte de la solución como lo dice el folleto? ¿La autoridad es tan eficiente para acudir al lugar con inmediatez? ¿Los agresores se ven intimidados con la acción? ¿Qué pasaría si llegarán las multas a los sujetos que agreden sexualmente a las mujeres y a la comunidad LBTI?
De acuerdo con un informe de las autoridades de la Ciudad de México a 30 días de aplicada la medida se denunciaron 255 de acoso sexual, sin embargo, la campaña ‘Viajamos contigo’ no fue un suficiente objeto de protección y disminución del acoso sexual en los espacios públicos de la ciudad.
