Rusia prohíbe todo el activismo LGBTQ+ por su “naturaleza extremista” y lo vuelve ilegal
Se informó que algunos activistas LGBTQ+ intentaron participar en el proceso, argumentando que afectaba sus derechos, pero la corte los rechazó
Roberto TrejoLa Corte Suprema de Rusia anunció el jueves la ilegalización del activismo LGBTQ+, representando un duro revés para los defensores de los derechos de las personas homosexuales y trans en un país que ha adoptado posiciones cada vez más conservadoras.
En un comunicado detallando una demanda presentada previamente ante la corte, el Ministerio de Justicia argumentó la presencia de “señales y manifestaciones de naturaleza extremista” dentro de un “movimiento” LGBTQ+ en Rusia.
Alegaron “incitación a la discordia social y religiosa“, sin proporcionar detalles o pruebas concretas. La corte, en su fallo, declaró que el mencionado “movimiento” era extremista y lo prohibió en el país.
La vista se llevó a cabo a puerta cerrada y sin representantes de los acusados. Varios activistas de derechos sugieren que la demanda estaba dirigida hacia el “movimiento civil internacional LGBT“, una entidad vaga y general que podría permitir a las autoridades rusas perseguir a cualquier persona o grupo que consideren parte de dicho “movimiento”.
¿Qué sigue para la comunidad LGBTQ+ en Rusia?
A pesar de que el Ministerio de Justicia busca catalogar como extremista a una organización inexistente, el “movimiento cívico internacional LGBT”, en la práctica, podría dar lugar a que las autoridades rusas utilicen este fallo para perseguir a iniciativas LGBTQ+ activas en Rusia, considerándolas parte de ese “movimiento cívico”, según explicó Max Olenichev, abogado de derechos humanos que colabora con la comunidad LGBTQ+ rusa.
Se informó que algunos activistas LGBTQ+ intentaron participar en el proceso, argumentando que afectaba sus derechos, pero la corte los rechazó. Hasta el momento, el Ministerio de Justicia no ha respondido a las solicitudes de comentarios sobre la demanda.
Este fallo del tribunal supremo representa el último episodio en la creciente represión de los derechos LGBTQ+ en Rusia, una tendencia que comenzó hace una década bajo la presidencia de Vladímir Putin, quien ha centrado su régimen en los “valores familiares tradicionales”.
Con información de AP