Rusia insiste en negar que esté detrás del envenenamiento que el exespía Serguei Skripal sufrió en el Reino Unido y que ha provocado una reacción masiva de expulsiones de diplomáticos rusos de países occidentales.
El marco de la crisis diplomática entre Moscú y Reino Unido, a la que se ha sumado Estados Unidos y varias naciones de la Unión Europea, entre otras, la cancillería rusa señaló que los servicios especiales británicos podrían haber estado detrás del envenenamiento del exespía.
En rueda de prensa, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, advirtió que Rusia tomará medidas contra los países que expulsaron a diplomáticos rusos. “Rusia lo hará de manera oportuna y partiendo de sus intereses nacionales”, precisó.
Asimismo, el Kremlin tachó de “cuasisolidaridad” con Londres la decisión de varios países de expulsar a diplomáticos rusos por el caso Skripal.
“Es verdad que se trata de una decisión colectiva, cierta expresión de solidaridad y, en este caso, de cuasisolidaridad con Londres por el caso, que desde nuestro punto de vista y según nuestra convicción, sigue sin tener fundamentos ni pruebas”, declaró el portavoz.
Peskov señaló que a pesar de las medidas antirrusas tomadas por otros Estados, Rusia “está dispuesta a desarrollar relaciones de beneficio y respeto mutuos con todos los países, incluido Estados Unidos, en la misma medida en que lo estén dispuestos” los oponentes y socios de Moscú.
Peskov excluyó que la negativa de algunas autoridades extranjeras a asistir al Mundial de Fútbol afecte al evento.
“Es poco probable que la ausencia de algunas autoridades en el Mundial de fútbol afecte de algún modo a la fiesta deportiva”.
Reino Unido acusó a Rusia de un ataque con agente nervioso al ex agente doble Sergei Skripal y su hija. Rusia ha rechazado ferozmente las acusaciones, calificándolas de infundadas.
Más de 20 naciones han expulsado a más de 130 diplomáticos rusos esta semana en una muestra de solidaridad con Gran Bretaña. Rusia denunció las acciones como “groseras” y se comprometió a tomar represalias.
El reclamo del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia el miércoles sobre la “posible participación” de los servicios especiales británicos en el envenenamiento marca la afirmación más sombría de Moscú de supuesto juego sucio británico.
Los funcionarios británicos han calificado anteriormente tales afirmaciones rusas como tonterías.
Moscú dijo que la falta de pruebas británicas sugiere que el envenenamiento fue una “gran provocación política”.
