Marco Rubio, el senador federal de Florida quien apostó su alguna vez prometedora campaña a una victoria en su estado natal, se retiró de la contienda por la nominación presidencial poco después del cierre de casillas electorales en dicha entidad.
Trump buscó ganar las cinco elecciones primarias de ayer para tratar de construir una ventaja insuperable en el indispensable recuento de delegados. Florida fue el premio mayor de la jornada, pues los 99 delegados del estado fueron para él.
Sin embargo, perdió en Ohio ante el gobernador del estado, John Kasich, lo cual deja a este como el último verdadero precandidato de la élite republicana que compite contra Trump y el archiconservador senador federal de Texas, Ted Cruz.
La victoria de Kasich, obteniendo todos los 66 delegados de Ohio, fue crucial para desacelerar el impulso de Trump. Aunque Trump llegó ayer con la mayor cantidad de delegados, ha conseguido menos del 50 por ciento de ellos. Si ese ritmo continúa, no lograría la mayoría que requeriría para asegurarse la nominación en la convención del partido en julio. El resultado podría ser una convención disputada, que crearía un desenlace imprevisible.
Ésta es la primera victoria para Kasich, cuyo mensaje optimista y largo historial de servicio público han tenido poca resonancia, mientras sus adversarios aprovechan la ansiedad de los votantes y el desdén por Washington. Aunque podría beneficiarse con el retiro de Rubio, es improbable que supere a Trump, pero podría ayudar a mantenerlo debajo de umbral de 50 por ciento de delegados conseguidos.
Hillary se consolida
En la contienda demócrata, se esperaban victorias de Clinton en Florida y Carolina del Norte, pero Sanders tenía esperanzas de ganar en Ohio, que finalmente fue para Clinton. Es poco probable que Sanders supere a Clinton en el conteo de delegados, pero su victoria la semana pasada en Michigan pone de relieve la inconformidad que muchos votantes de su partido tienen respecto la candidatura de la exsecretaria de Estado. (con información de AP).