El modo de vida que Julian Assange, creador de WikiLeaks, llevó por poco más de seis años en la embajada de Ecuador en Londres, está siendo revelada luego de que la Policía Metropolitana de aquella ciudad lo trasladara el pasado jueves a la prisión de Belmarsh, donde actualmente se encuentra detenido.
Trabajadores de la embajada ecuatoriana en el país europeo confesaron a medios locales, sin relevar su identidad por cuestiones de confidencialidad, que el hacker más buscado por Estados Unidos e investigado por el gobierno sueco frecuentemente dejaba abierta la regadera de su departamento para poder, supuestamente, hablar con sus visitas.
De acuerdo con los empleados, el departamento de Assange estaba repleto de grabadoras y cámaras que podían capturar las conversaciones y movimientos del australiano.
También, confirmaron que Julian acostumbraba levantarse temprano y se dormía pasada la media noche, así no se cruzaba tan frecuentemente con el personal diplomático ecuatoriano. El embajador de ese país en Londres en una ocasión llegó a intermediar una discusión que Assange tuvo con guardias de seguridad, pues el custodiado no permitía que les pidieran la salida a sus visitantes.
El diario El País publicó un video en el que a Assange se le ve acompañado de su colaboradora Stella Morris. Julian, por su parte, está intentando subirse a una patineta; lleva puesta una playera sin mangas y ropa interior.
Habla padre de Assange
El padre de Julian, John Shipton, habló por primera vez sobre la detención del fundador de Wikileaks y pidió a las autoridades australianas que extraditaran a su hijo.
En declaraciones al diario australiano Herald Sun, hizo un llamado al primer ministro Scott Morrison para ayudar a Assange de manera sutil.
“El DFAT (Departamento de Relaciones Exteriores) y el primer ministro deberían hacer algo (…) Se puede resolver de manera simple para que todo el mundo esté satisfecho”, dijo Shipton.
Además, el familiar del hacker se dijo impresionado por el estado físico en el que se encontraba éste. Delgado, con una barba pronunciada y blaca, y el cabello largo.
“Lo vi, la manera como lo arrastraron en la escalera los policías, no tenía buen aspecto. Tengo 74 años y me veo mejor que él, que tiene 47. Estoy impresionado”, aseguró.
La prisión donde es custodiado
Tras dejar la embajada ecuatoriana en Londres, el australiano fue trasladado a la prisión Belmarsh, uno de los tres establecimientos de alta seguridad en Reino Unido.
Ubicado en Thamesmead, al sureste de Londres, Belmarsh es una prisión sólo para hombres y tiene una capacidad para al menos 900 prisioneros. En este centro penitenciario albergan presos de alto peligro en una unidad, mientras que en otra se encuentran aquellos que son de un riesgo más bajo.
