Los retos de Keir Starmer al frente de Reino Unido

Con la victoria del líder laborista en Reino Unido, el izquierdista deberá resolver las crisis que los conservadores prometieron una vez concretado el Brexit
Fernanda Muñoz Fernanda Muñoz Publicado el
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Con el Partido Laborista al frente del pueblo británico, el nuevo primer ministro, Keir Starmer, debe comenzar a impartir su plan de gobierno para enfrentar los retos de su país.

Con cinco días en el gobierno tras la victoria electoral de los laboristas, Starmer debe saber resolver la crisis en el sistema de salud, la cuestión fiscal, el control de la migración y no perder el foco en la política exterior, principalmente con Estados Unidos.

En entrevista, la doctora Marta Ochman, investigadora de Relaciones Internacionales del Tecnológico de Monterrey, explica que el sistema de salud será uno de los tópicos más relevantes para los laboristas por las pérdidas que tuvo desde que se oficializó el Brexit.

“(El sistema de salud) se ha agudizado en el Brexit porque muchos médicos, enfermeras, iban a Reino Unido de otros países pertenecientes a la Unión Europea, y con la división evidentemente no todos se quedaron, y eso ahora implica una prioridad y una necesidad de dinero, de gastar para mejorar la situación”, detalla la especialista en política europea.

En cuanto a la cuestión fiscal, es desde el gobierno de Liz Truss, la primera ministra que tiene el récord de permanecer menos tiempo en el 10 de Downing Street, que la economía se convirtió en una urgencia para los británicos. En su mandato, la alerta de la población se encendió cuando se anunció una rebaja de impuestos generalizada. Ante este tema, el gobierno de Starmer planea imponer impuestos más altos a quienes tienen fortunas más grandes.

Rachel Reeves, la ministra de Hacienda en el gobierno laborista, propone lograr una estabilidad económica con reglas de gasto estrictas, una nueva alianza con las empresas para impulsar el crecimiento en todas partes, un Fondo Nacional de Riqueza para invertir en empleos, entre otros puntos.

Otro problema difícil para los laboristas será la migración al ser un tópico que los conservadores abordaron con deportaciones. La última política que impulsó Rishi Sunak fue enviar a los inmigrantes a Ruanda, lo cual fue aprobado por el Parlamento en abril pasado; una medida que Starmer aseguró iba a cancelar.

Sobre la postura de Starmer en cuanto a la migración, la doctora Ochman comenta que aunque las medidas estrictas van en contra de los laboristas y de la política de izquierda, debe implementar una gestión dura sin llegar al radicalismo para enviar la señal de que está haciendo algo al respecto.

Para la política exterior, Starmer aseguró en su plan de trabajo que mantendrá una relación estable con los socios, especialmente con los países miembros de la Unión Europa por la conexión comercial que comparten, y con Estados Unidos, a través del cual puede asegurar una estabilidad con Israel.

Aunque Starmer se ha declarado pro palestino, es poco probable que rompa relaciones con el gobierno israelí, aunque eso podría cambiar si los republicanos vuelven a la Casa Blanca.

“Starmer no es un político que pudiera tener una buena relación personal con (Donald) Trump como sí la tenía Boris Johnson por la afinidad de carácter; entonces, para Reino Unido las elecciones en Estados Unidos tienen un impacto (…) Normalmente Reino Unido resolvía su relación con Israel con una buena colaboración con Estados Unidos, pero si gana Trump habrá tensiones”, asume la internacionalista.

Conservadores, la nueva oposición de Reino Unido

Con la victoria del partido que por 14 años fue oposición, los conservadores sin duda se convertirán en un reto para el nuevo oficialismo.

“Los conservadores evidentemente van a ser una oposición ruidosa, pero también se debe tomar en cuenta que están divididos (…) Actualmente el Partido Conservador va a analizar si radicaliza su discurso más hacia la derecha para recuperar los votantes que se fueron al partido con (Nigel) Farage o si se va a quedar en centro derecha”, asegura la doctora Ochman.

Desde la perspectiva de la especialista, aunque es evidente de que los conservadores van a cuestionar las políticas de los laboristas, en realidad no representarán una amenaza fuerte porque no tienen un apoyo social e internamente van a decidir su futuro ideológico.

La investigadora explica que la derrota de los conservadores se dio en buena parte para castigarlos al no cumplir con las promesas hechas desde el Brexit, como que resolverían  la crisis migratoria, mejorarían la asistencia social y utilizarían el dinero que se dirigía a la Unión Europea para beneficiar al pueblo británico, lo cual no ocurrió.

De acuerdo con datos de la Cámara de los Comunes, desde 1994 el número de personas que emigran a Reino Unido ha sido mayor con el paso de los años, pero en ese entonces estaba más o menos equilibrada. Desde 2021, la migración neta ha aumentado considerablemente y alcanzó el nivel más alto en 2022 con más de un millón 200 mil.

“Los laboristas tienen que convencer a los británicos de que ellos sí pueden resolver estos problemas y que pueden sacar a Reino Unido de la crisis; esto, sin recurrir a medidas duras de la izquierda”, deja en claro la especialista.

Por la victoria de Starmer, mientras que el nuevo primer ministro recibió las felicitaciones de líderes izquierdistas como la presidenta electa Claudia Sheinbaum y los mandatarios de España, Honduras, Cuba y Venezuela, el ahora exministro Rishi Sunak aceptó su pérdida y le pidió perdón a los electores que confiaron en su partido.

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