Keir Starmer, líder de los laboristas, se perfila como el siguiente primer ministro de Reino Unido tras la caída de los conservadores. Foto: Especial

Reino Unido prepara un cambio de gobierno

Las votaciones de hoy podrían significar el fin del Partido Conservador en el gobierno, los errores de los últimos años y las dificultades de los británicos han sido aprovechadas por los laboristas en las elecciones

Se prevé que las elecciones británicas de hoy marquen el regreso del Partido Laborista al número 10 de Downing Street, mientras el primer ministro Rishi Sunak insiste en que puede permanecer en el poder.

Tras un mes de campañas en el que Sunak, líder de los conservadores, ha buscado combatir la narrativa que dice que los 14 años de gobiernos tories han causado el declive de Reino Unido, las encuestas no se han movido y la mayoría dan 20 puntos de ventaja al Partido Laborista. De esta forma, a unas horas de comenzar las votaciones, Politico.eu afirma que el partido del opositor Keir Starmer cuenta con 41 por ciento de la intención de voto mientras que los conservadores apenas logran el 21 por ciento.

Se esperaba que Sunak convocara a elecciones durante el otoño, tiempo que, de acuerdo a sus cálculos, iba a necesitar para demostrar que sus políticas económicas funcionarían; sin embargo, los buenos resultados en el segundo trimestre motivaron al primer ministro a llamar antes a las urnas para contrarrestar los resultados en las elecciones a cargos locales. Con menos de dos años en el cargo, Sunak ha admitido que los últimos tiempos han sido “difíciles para todos”, pero ha advertido que la respuesta laborista no solucionará los problemas de Reino Unido.

La trayectoria del Partido Conservador

Tras más de una década en el gobierno, los conservadores cargan con la responsabilidad de una recesión económica, un alza generalizada en los precios, servicios públicos deficientes y las consecuencias del Brexit que aún se sienten por todo el reino.

Su llegada al poder se dio en medio de la crisis económica de 2010, tras la cual impusieron medidas de austeridad que lograron una gradual recuperación económica, pese a ello, esto se consiguió a costa de los servicios públicos y la seguridad social, lo cual resultó claro durante la pandemia de COVID-19, cuando Reino Unido fue uno de los países más golpeados en Europa Occidental.

Tras la emergencia de salud, la economía británica no ha logrado un repunte, y aunque la pobreza continúa disminuyendo la inflación ha impuesto otros tipos de carencias, como mayor inseguridad alimentaria o incapacidad para pagar las cuentas de energía. Contrario a la opinión popular, el primer ministro afirma que la gente vive mejor ahora que cuando su partido llegó al poder e insiste en que muy pronto se verán los resultados de sus políticas.

De permanecer en el poder, Sunak ha prometido una receta difícil de cumplir: bajar los impuestos y mejorar la economía. De acuerdo con el conservador, esto se lograría con un combate a la evasión fiscal y mayores recortes a la seguridad social; contradictoriamente, el residente del número 10 de Downing Street también ha prometido aumentar el gasto en salud, uno de los mayores problemas en Reino Unido.

Desde 2010, la inversión en el Sistema Nacional de Salud (NHS) ha sido la menor en la historia una vez ajustada a la inflación, y como resultado más de ocho millones de personas que reciben tratamiento en el sistema público tienen que esperar más de 18 semanas, la meta establecida en el sector, para tratamientos no urgentes. De acuerdo a la Encuesta Británica de Actitudes Sociales, el 52 por ciento de la población está insatisfecha con el NHS.

¿Cuál es la propuesta laborista para Reino Unido?

Ante este panorama, se prevé que Keir Starmer y los laboristas logren una victoria contundente en las elecciones de hoy. Ante la cuestión de los servicios de salud, los laboristas proponen una reforma al NHS que no solo incluya más inversión pública sino un cambio de modelo hacia la medicina preventiva en un momento en que la población británica está envejeciendo y con ello causando más estrés al sistema.

Para lograr sus metas sin caer en el incremento de impuestos asociado al partido de centro-izquierda, el líder laborista ha prometido no un crecimiento económico sino un aumento en la riqueza. El plan de Starmer incluye alianzas industriales, especialmente en infraestructura y vivienda, continuar con el crecimiento de los servicios financieros británicos y el establecimiento de una compañía estatal de energía.

Con ello, la plataforma laborista ha ganado terreno en las preferencias británicas, por lo que, de acuerdo con la maestra Norma Soto Castañeda, internacionalista del posgrado de la Facultad de Negocios de la Universidad La Salle, la probable victoria de Starner se debe tanto a los errores de Sunak como al carisma de su opositor.

“Los errores que han cometido los conservadores en estos 14 años han permitido un auge de los laboristas dentro de este proceso. ¿Cuándo un partido empieza a caer? Cuando la situación económica presenta crisis, sube la inflación, comienzan los problemas migratorios y los escándalos, como los de Boris Johnson y Lizz Truss; todo eso se suma para una derrota de los conservadores.

“Por otro lado, los laboristas han aprovechado estos tropiezos para generar estrategias que favorecen a su partido y las figuras que lo representan, el carisma que atrae votos. En el caso de los laboristas, la presencia de Keir Starmer, un abogado que ha trabajado en derechos humanos y que tiene una buena trayectoria política, beneficia al partido en su búsqueda del poder. A partir de estos dos factores buscan construir una plataforma de crecimiento para un Reino Unido que enfrenta sus primeras elecciones después del Brexit”, apunta la especialista.

La académica resalta que tras la decisión de Reino Unido de separarse de la Unión Europea, las promesas de independencia y mejores condiciones económicas hechas por los impulsores del Brexit dañaron sus posibilidades de reelección una vez que las consecuencias del proceso se materializaron.

“Los gobiernos cometen un error muy grande al hacer compromisos que no se pueden alcanzar, en la búsqueda del voto lanzan grandes promesas para dar esperanza aunque ellos sepan que no se pueden cumplir; eso causó la debilidad del partido. Más vale prometer menos y hacer más, porque en los últimos cinco años Gran Bretaña no ha crecido en cuestiones salariales, lo que están acostumbradas muchas personas, y esto provocó muchas decepciones”, finaliza Soto Castañeda

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