Los presidentes de Rusia y China se reunieron el martes para intensificar una relación que contrarreste la influencia de Estados Unidos y siga protegiendo a Siria de medidas internacionales.
El presidente ruso Vladimir Putin llegó a la capital china en su primera visita a este país desde que volvió a ocupar la presidencia. Posteriormente mantuvo conversaciones con el presidente chino Hu Jintao que, según se anticipa, versarán sobre la situación en Irán, el comercio bilateral y la cooperación energética.
Rusia y China han resistido reiteradamente los llamamientos de la comunidad internacional para enfrentar al régimen sirio a fin de que ponga fin a la violencia, aduciendo que no respaldarán medidas equivalentes a una intervención extrajera. Rusia es viejo aliado del régimen del presidente Bashar Assad, mientras China se opone a sentar precedentes que pudieran ser aplicados en un futuro a sus convulsionadas regiones de Tíbet y Xinjiang.
China y Rusia vetaron dos resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que plantearon la amenaza de sanciones contra Siria y han descartado toda acción militar para proteger a los civiles en Siria tal como se hizo en Libia.
El vocero de la cancillería, Liu Weimin, dijo el martes a la prensa que China y Rusia “se oponen a la intervención externa en la situación siria y se oponen al cambio de régimen mediante la fuerza”.
Por su parte Putin ha procurado usar los florecientes vínculos con China como contrapeso al predominio mundial de Estados Unidos y una causa común para rechazar los llamamientos occidentales a políticas más abiertas y respeto a las libertades civiles. Fuente: AP.