¿Quién era el mexicano Abel Ochoa ejecutado por inyección letal en Texas?

Abel se encontraba en la prisión de Huntsville por el asesinato de su esposa, de 29 años, sus hijas de 7 años y 9 meses, su suegro y su cuñada, desde 2012
Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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Este martes, el estado de Texas aplicó la inyección letal al mexicano Abel Ochoa, de 46 años, a las 6:00 pm.

Abel se encontraba en la prisión de Huntsville por el asesinato de su esposa, de 29 años, sus hijas de 7 años y 9 meses, su suegro y su cuñado, desde 2012.

El hombre originario de Durango, México, es el primer hispano que será ejecutado en este 2020.

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Fue el 4 de agosto de 2002 cuando Abel Revill Ochoa cometió el multihomicidio.

De acuerdo con medios estadounidenses, ese día Abel, quien era adicto al crak, le pidió dinero a su esposa Cecilia para consumir droga.

Cecilia accedió y le dio el dinero; Ochoa compró la droga y la consumió, sin embargo, quería más y sabía que no obtendría más dinero por lo que fue por su pistola y en un lapsus asesinó a toda su familia.

“Me levanté, fui a mi armario y saqué mi pistola Ruger de 9 mm. La pistola ya estaba cargada y entré en la sala de estar donde estaba mi familia. Comencé a disparar mientras estaban todos sentados en el sofá “, declaró en su confesión a la policía.

Ochoa mató a Cecilia, a su hija Anahi de 9 meses, a su suegro Bartolo Alvizo y a su cuñada Jacqueline Smith, mientras se encontraban en la sala de estar jugando.

Posteriormente, Crystal, su hija de 7 años logró correr tras presenciar los asesinatos de su madre y hermana pero fue alcanzada por su padre, quien le disparó en cuatro ocasiones.

Abel también hirió gravemente a su cuñada Alma Alvizo, la única sobreviviente del crimen, quien logró escapar a la casa de un vecino.

Tras cometer el delito, Abel tomó el bolso de su esposa, condujo a un cajero automático, y mientras intentaba retirar dinero fue arrestado por la policía, menos de 30 minutos después de matar a su familia.

En el juicio, el abogado de Ochoa dijo que su cliente había sufrido un delirio inducido por drogas en el momento de los asesinatos.

El jurado de Dallas encontró a Ochoa culpable.

Antes de morir, Abel dijo que esperaba un milagro para que la Corte Suprema suspendiera la ejecución, pero la Corte de EU negó la petición.

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