"En un mundo de 7 mil millones de habitantes, que aumentarán a 9 mil millones en 2050, el desperdicio de alimentos no tiene sentido ni a nivel económico, ni ambiental ni ético"
Cuida tu dinero y aprovecha el tiempo son consejos que escuchamos todos los días.
Mide lo que comes es otro eslogan frecuente. Sin embargo, ayer se sumó uno nuevo a la lista. “Ahorra comida” es el lema de una campaña lanzada ayer para reducir el desperdicio de alimentos a nivel mundial.
“Think.Eat.Save. Reduce Your Foodprint” (“Piensa. Aliméntate. Ahorra. Reduce tu huella alimentaria”) es el nombre de la iniciativa encabezada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
El problema recide en que alrededor de un tercio de todos los alimentos que se producen en el mundo se desperdicia en los sistemas de producción y consumo alimentarios, según la FAO.
Es decir, que la pérdida de alimentos se da a lo largo de toda la cadena de producción y consumo de alimentos, teniendo un impacto negativo en el medio ambiente, la economía y la calidad de vida. Incluso deriva en una serie de conflictos éticos.
Pero esta nueva campaña no va dirigida hacia los productores, quienes ya reciben apoyo de diversos organismos para evitar pérdidas en las cosechas y en la transportación.
Think.Eat.Save. tiene los ojos puestos sobre los consumidores y minoristas.
Esta propone medidas sencillas que pueden reducir drásticamente las mil 300 millones de toneladas de alimentos que cada año se pierden o desperdician y ayudar así a crear un futuro sostenible.
Solo de pensar en cuántas veces te sobra comida en el plato o las veces que pediste un platillo que alcanzaba para dos personas, te puedes dar cuenta de lo frecuente que es este mal hábito.
Estas acciones y otras se traducen en cerca de mil millones de dólares “tirados a la basura”.
Entre los consejos que da la campaña están: haz compras inteligentes en el supermercado, termina la comida que hay en tu refri, pide porciones moderas y escoge las verduras “chistosas”, que por lo general se quedan en las tiendas.
Uno de los factores que impulsó la campaña fue la Cumbre de Río +20 en junio de 2012, en la que jefes de Estado trataron la creación de Programas de patrones de consumo y producción sostenibles a 10 años. Otro punto de partida fue la iniciativa Hambre Cero del Secretario General de la ONU.
