¿Qué sigue para Rusia luego de la muerte de Navalny?

Las demostraciones de apoyo no paran tras el fallecimiento del opositor ruso; sin embargo, estos movimientos poco afectan al presidente Vladimir Putin de cara a las próximas elecciones 
Pablo Abundiz Pablo Abundiz Publicado el
Comparte esta nota

En Rusia, las demostraciones de apoyo a Alexei Navalny resultaron en cientos de detenciones el pasado fin de semana luego de darse a conocer la muerte del opositor en una prisión donde cumplía una sentencia de 19 años.

La noticia del fallecimiento de quien fuera uno de los mayores opositores del presidente Vladimir Putin fue anunciada el pasado viernes por el Servicio Penitenciario Federal ruso. El prisionero reportó sentirse enfermo y se desmayó después de una caminata a pesar de ser atendido por servicios de emergencia.

Horas después de su fallecimiento, simpatizantes en Moscú, San Petersburgo y más de media docena de ciudades rusas manifestaron su descontento colocando flores en monumentos a víctimas de la era soviética. Estas muestras de apoyo continuaron durante el fin de semana, lo que llevó a la detención de 366 personas, de acuerdo con OVD-info, un proyecto mediático independiente en pro de los derechos humanos.

Yulia Navalnaya, viuda de Navalny y economista opositora al régimen ruso, se unió a las protestas por la muerte de su esposo, pero desde el exilio, donde publicó un video en el que acusó al presidente Putin de estar tras el fallecimiento de su pareja y exigió que su cuerpo fuera entregado a la madre del opositor. También juró continuar con la lucha contra el régimen y llamó a la sociedad rusa a movilizarse para que la ideología a la que Navalny dedicó su vida se materialice en una “bella Rusia del futuro”.

A pesar de las declaraciones de Yulia, la oposición rusa no se encuentra en posición para hacer frente al régimen de Vladimir Putin. Los más cercanos colaboradores de la Fundación Anticorrupción, fundada por Navalny en 2011, tuvieron que abandonar su país después de enfrentar presiones por parte del Kremlin, lo cual es una constante en quienes alzan la voz contra el presidente.

Las protestas en memoria de Navalny no afectan la popularidad de Putin

Para la doctora Alba Graciela Cabriada, internacionalista e investigadora de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la muerte de Navalny no se traducirá en protestas que pongan en riesgo el control que tiene Putin de las próximas elecciones en su país.

“Sin duda habrá una reacción de los candidatos que contendrán contra Putin; sin embargo, veo difícil que estas manifestaciones puedan prosperar. El poder que tiene el presidente, el consenso que tiene en la población, es más que evidente de cara a las elecciones, y las protestas surgen más en el extranjero principalmente por parte de gobiernos europeos que en el interior; en términos políticos veo complicado que cambie el panorama”, comenta la doctora.

Si bien existe una figura de oposición bastante vocal fuera de Rusia, como Mikhail Khodorkovsky, quien después de ser liberado de prisión partió al exilio y fundó una organización de defensa a la persecución política, dentro de Rusia, la mayoría de los opositores se encuentran en prisión. El periodista Vladimir Kara-Murza, por ejemplo, se encuentra cumpliendo una pena de 25 años de prisión en una institución similar a donde se encontraba el propio Navalny. Actualmente continúa su activismo tras las rejas.

¿Qué sigue para los opositores rusos después de la muerte de Navalny?

La doctora Trujillo explica que a pesar de que al exterior la oposición rusa juega un papel importante, dentro del país no cuenta con las bases para competir contra la popularidad de Vladimir Putin, cuya gestión es aprobada por el 85 por ciento de la población, de acuerdo a sondeos de opinión realizados en enero de este año.

“(La poca recepción a ideas opositoras) se debe a varios factores: Uno de ellos es la posición de poder que tiene el presidente, pues su propia Constitución le da poderes por encima de lo común, otro factor es la figura de Putin, un político que trae a Rusia a la escena internacional y reordena el Estado después de un proceso de transición post Guerra Fría muy complicado, y, finalmente, la persecución que hay hacia los opositores, ya que en Rusia hay poca tolerancia a voces disidentes”, anota la académica.

Debido a estos factores, la catedrática ve como una posibilidad lejana el establecimiento de una nueva generación de opositores que enfrenten a un régimen que ha consolidado el poder por más de dos décadas, especialmente porque aunque algunos partidos de oposición amenazan la esfera pública, el margen de acción que tienen y la población a la que interpelan son muy pequeños.

“Con la mayor parte de la oposición rusa en el exilio o en prisión es difícil saber a qué electorado le hablan, pues hay un cierto sector que está en desacuerdo con el tiempo que lleva Putin en el poder y pueden también desaprobar lo que está sucediendo en la guerra contra Ucrania, pero en su mayoría la gente aprueba su gestión porque trajo estabilidad y crecimiento económico, y la cúpula económica y política es cercana a él”, declara Trujillo.

Sin esperanza del extranjero

A pesar de que líderes europeos y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, han condenado la muerte de Navalny y han señalado a Putin de tener algo que ver, la doctora Alba Gabriela Cabriada, internacionalista e investigadora de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón de la UNAM, opina que poco puede hacer la comunidad internacional al respecto.

“Más allá de visibilizar la condición de Putin como dictador, (la comunidad internacional) no puede hacer gran cosa, ya que es una forma de política propia. Los rusos decidieron cómo gobernarse y a nivel internacional podemos realizar condenas y expresar los valores típicos de la democracia, como libertad y libres elecciones, pero esta forma de gobierno le ha servido a Rusia para ser lo que es hoy y vincularse más allá de las críticas es difícil”, comenta Cabriada.

Con las elecciones rusas a poco menos de una mes de distancia, Putin tiene asegurados otros seis años en el poder y la muerte de Navalny no parece ser un factor a considerar para la gran mayoría de votantes; sin embargo, tanto Trujillo como Cabriada coinciden que el futuro del país se encuentra en vilo pues la edad del presidente trae a la conversación la formación de cuadros que puedan sustituir su presencia una vez que él ya no pueda continuar al frente de Rusia.

Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil