El presidente Vladímir Putin anunció este martes la suspensión del cumplimiento por parte de su país del START III o Nuevo START, último tratado de desarme nuclear que hasta apenas el lunes seguía vigente entre Rusia y Estados Unidos.
“Rusia no abandona, sino que sólo suspende”, dijo el presidente de esta nación y aclaró que el tratado aún es posible, pero “en determinadas circunstancias”.
“Me veo obligado a anunciar hoy que Rusia suspende su participación en el tratado sobre armas estratégicas ofensivas“, afirmó sobre el acuerdo New START (Tratado de reducción de armas estratégicas, en sus siglas en inglés) acordado por los dos países en 2010 y que expiraba hasta 2026.
“Por supuesto, no seremos los primeros en hacerlo (…). Nadie debe albergar la peligrosa ilusión de que la paridad global estratégica puede ser destruida”, dijo Putin en su discurso de hoy.
El líder ruso ha señalado que esta decisión no está vinculada al desarrollo de la guerra en Ucrania.
OTAN y EU se pronuncian
Tras el discurso de Putin, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, urgió al presidente ruso a considerar su decisión de suspender el tratado.
“Con la decisión de hoy sobre el Nuevo START, toda la arquitectura de control de armas ha sido desmantelada”, declaró el político noruego.
Mientras, el Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, calificó la decisión de Rusia de “muy desafortunada e irresponsable”.
“Estamos observando atentamente lo que hace Rusia“, señaló, y aclaró que Estados Unidos garantizará una “postura apropiada para facilitar la protección del país y de sus aliados”.
En tanto, el presidente Joe Biden, de gira por Polonia, no se ha referido a la medida de Vladimir Putin.
El presidente ruso calificó de “teatro del absurdo” que la OTAN demandase al país que cumpliese el tratado. Cabe señalar que el anuncio del presidente de Rusia sucede a casi un año de que iniciara la invasión rusa a Ucrania.
¿Qué se acordó en NEW START?
El tratado fue firmado en 2010 por Barack Obama y Dmitri Medvedev y tiene como objetivo mejorar la seguridad y la estabilidad estratégica entre las dos potencias, que poseen cerca del 90 por ciento del arsenal nuclear.
Además de fijar las bases para futuras negociaciones sobre el control de armas y la no proliferación nuclear.
El plan debía planteaba reducir en un 30 por ciento el número de cabezas nucleares, hasta 1 mil 550 por país, limitar a 700 el número de misiles balísticos intercontinentales, el de los desplegados en submarinos y bombarderos estratégicos y reducir a 800 el de lanzaderas para misiles intercontinentales, lanzaderas submarinas para misiles balísticos y bombarderos estratégicos equipados para armamento nuclear, estén desplegados o no.
Las reuniones entre Estados Unidos y Rusia por este tratado se interrumpieron con el inicio de la guerra en Ucrania.