Vladimir Putin fue reelegido como presidente de Rusia este domingo. El actual líder del Kremlin tiene garantizado el poder por otro periodo presidencial en medio de acusaciones y castigos contra el gobierno ruso por sus intervenciones en otros países. El mandatario compitió con siete candidatos que le dieron un aire democrático a los comicios.
Con los resultados de estas elecciones, el jefe de Estado ruso se mantendrá en el poder hasta 2024 después de tres periodos como presidente y uno como primer ministro. Actualmente es el segundo mandatario con más días dirigiendo Rusia en los últimos 100 años, sólo por debajo de Stalin.
Putin ha logrado ser líder de Rusia por tanto tiempo porque representa la identidad nacional y algunos aspectos socioculturales con los que se identifican la mayoría de rusos, tales como la religión ortodoxa y el autoritarismo.
Además, el actual presidente ha logrado reconciliar el presente con los dos pasados rusos: el soviético y el zarista. En sus discursos ha retomado principios de las dos eras para crear una identidad nacional contemporánea que respalda todas sus acciones. Un ejemplo es que durante la presentación del nuevo armamento nuclear ruso recordó con nostalgia el programa de este tipo de armas antes de la caída de la Unión Soviética.
El actual presidente también se ha mantenido en el poder porque representa la figura autoritaria característica de la historia rusa. El país está precedido por los imperios zaristas y soviéticos que fueron forjados gracias a totalitarismos.
La huella de esos imperios aún se percibe en un tipo de autocracia en la que Putin simboliza a ese líder que se coloca por encima de todo.
Por otra parte, la oposición del presidente no ha aprovechado las deficiencias de su gobierno para lograr superarlo en las elecciones. Los otros partidos que han competido en los diferentes comicios en los que ha participado Putin no han logrado convencer a los ciudadanos rusos, pero se presentan como una opción en una democracia que apenas toma forma.
En este sentido, previo a las elecciones, el embajador de Rusia en México Eduard Malayán dijo en entrevista que ninguna democracia es perfecta, pero que la participación de ocho candidatos en los comicios de este domingo significa que Rusia está teniendo apertura para considerar más voces en la política.
Entre los candidatos independientes que participaron en las elecciones estuvo Ksenia Sobchak, una joven que trabajó como actriz, modelo, periodista y presentadora. El padre de esta candidata fue jefe del propio Putin cuando este ejerció como vicealcalde de San Petersburgo.
Sobchak, del partido político Iniciativa Ciudadana, fue la única figura política femenina que intentó ocupar el Kremlin.
De acuerdo a sus declaraciones, la candidata estaba decidida a castigar la corrupción y el nepotismo de la política rusa.
“Entre los candidatos tenemos una mujer joven con una actitud crítica para Putin. Está en su derecho de tener su opinión”, afirmó el embajador.
Los otros oponentes de Putin representaron a distintos sectores de la sociedad rusa: jóvenes mayores, veteranos de la política y nuevos rostros.
El embajador agregó que la búsqueda de la democracia lleva muy poco tiempo en Rusia debido a que durante 88 años todo el poder estuvo concentrado en un sólo partido.
Malayán afirmó que durante estas elecciones participaron partidos y opiniones que en otro tiempo no eran considerados.
Elecciones en tiempos problemáticos
Putin ganó las elecciones con una serie de problemas internacionales a sus espaldas. Los líderes de Estados Unidos, Alemania, Francia y Reino Unido publicaron la semana pasada un comunicado conjunto en el que exigen al Kremlin respuestas por el envenenamiento del exespía ruso Serguei Skripal y su hija.
Los líderes Theresa May, Donald Trump, Angela Merkel y Emmanuel Macron exigen a Rusia que responda sobre el ataque y que proporcione información completa sobre el agente que provocó la muerte del exespía a la Organización sobre la Prohibición de Armas Químicas.
Putin ganó las elecciones con una serie de problemas internacionales a sus espaldas
Estados Unidos se sumó la semana pasada a los castigos contra Rusia. El gobierno estadounidense impuso sanciones en contra de 19 ciudadanos y 5 empresas rusas tanto por su participación en la fabricación y difusión de fake news durante la campaña electoral de 2016 como por ciberataques contra sectores claves de la economía. Los castigos incluyen el bloqueo de las propiedades de los afectados en Estados Unidos y su prohibición de operar y hacer negocios en el sistema estadounidense.
El gobierno británico fue quien dio el primer paso para castigar a Rusia con la expulsión de 23 diplomáticos rusos de su territorio y la suspensión del diálogo de alto nivel entre ambas naciones.
Esto demuestra que aunque Putin sigue siendo reelecto en el interior de Rusia, no es una figura que agrade en países de Occidente. La encuesta más reciente sobre cómo se ve al presidente ruso en el extranjero se llevó a cabo en agosto de 2017 por el Pew Research Center. En Polonia, 89 por ciento de los encuestados dijeron que no confiaban en que Putin hiciera lo correcto en relación con los asuntos mundiales.
En Francia, la proporción también fue alta, del 80 por ciento. En el Reino Unido y Estados Unidos, el 76 y el 74 por ciento de las personas no tienen fe en que el presidente ruso haga lo correcto en el escenario mundial.