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Al Gobierno ruso no le gusta que las mujeres usen lencería de encaje.
La administración del presidente Vladimir Putin anunció la semana pasada que prohibirá importar, fabricar y vender ropa interior que tenga menos de 6 por ciento de algodón.
Moscú justificó la medida, que entrará en vigor en julio y también se aplicará en Bielorrusia y Kazajistán, al argumentar que los materiales sintéticos dañan la piel.
Ciudadanos, comerciantes y fabricantes se apuraron a protestar contra la prohibición, pues los analistas estiman que 90 por ciento de la oferta actual de lencería ya no estará disponible.
Además, la ropa interior genera ventas anuales por más de 4 mil millones de dólares, de los que 60 por ciento corresponde a lencería sintética, informó a AP la Unión Rusa de Negocios Textiles.
“Como regla, la lencería de encaje es literalmente arrancada de los estantes”, expresó Alisa Sapardiyeva, gerente de una tienda en Moscú, “si prohíbes eso, es el consumidor quien más va a sufrir”.
La semana pasada, cientos de mujeres de los tres países se manifestaron con su ropa íntima en la mano por considerar que se trata de una muestra más del machismo y abuso del Gobierno ruso.
“Le han robado tanto a la gente que ahora quieren quitarnos lo último que nos queda, ahora hasta nos dicen qué tipo de ropa interior debemos usar”, manifestó a la AFP Zhanna Baitelova.
Otra de las razones por las que ocurre la prohibición es que el 80 por ciento de la lencería sintética se importa de otros países y Putin desea fortalecer el bloque de la Comisión Económica Euroasiática para hacerle frente a China y a la Unión Europea.
