Los prorrusos del este de Ucrania ya no obedecen ni al presidente Vladimir Putin.
Estos grupos desafiaron ayer el compromiso hecho este jueves en Ginebra, donde la Unión Europea, Estados Unidos, Rusia y Ucrania por fin habían acordado darle mayor autonomía a las provincias ucranianas del este si Moscú desarmaba a los rebeldes.
En la ciudad de Slaviansk, en la región de Donetsk, los activistas prorrusos se enfrentaron ayer en un tiroteo con nacionalistas ucranianos, lo que dejó un saldo de al menos dos muertos y tres heridos, según la prensa extranjera.
Los grupos separatistas ya no solo son rebeldes a Kiev, sino también a Moscú, informó ayer El Mundo.
Un estudio del Instituto de Sociología Internacional de Kiev reveló que el 69.7 por ciento de la población de las provincias del este con mayoría rusa no quiere anexarse a Rusia, pero el 74 por ciento cree que el actual presidente de Ucrania es ilegítimo.
El Kremlin y Kiev se culparon mutuamente del ataque y de no respetar el acuerdo de Ginebra.
“Rusia está indignada por esta provocación que evidencia la falta de buena voluntad de parte de las autoridades de Kiev para desarmar a los nacionalistas y los extremistas”, expresó el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso en un comunicado.
Pero en medio de los cuestionamientos de ambas naciones destaca el líder de la autoproclamada República Popular de Donetsk, Denis Pushilin, quien afirma que nadie firmó un acuerdo por ellos, ni siquiera el ministro exterior de Rusia.
“Lavrov no firmó nada por nosotros, firmó en nombre de la Federación Rusa”, advirtió Pushilin el viernes.
El 11 de mayo, la región de Donetsk celebrará un referendo para declarar su independencia de Ucrania, aunque no cuenta con el apoyo de Moscú.
