Tradicionalmente, la nominación presidencial del Partido Republicano se decide en una serie de votaciones y reuniones internas en las que los precandidatos discuten sus propuestas y contrastan sus personalidades en un proceso que termina en la Convención Nacional del partido, donde un candidato se hace del apoyo de todo el grupo político. En 2016, Donald Trump obtuvo esa nominación.
Ocho años después, quien fuera el presidente 45 de Estados Unidos, ha dejado una huella marcada en su partido que ninguna acusación en su contra puede arrebatarle su lugar como el presunto candidato a la presidencia; sin embargo, la exembajadora Nikki Haley también busca el mismo objetivo.
El pasado fin de semana, Haley se convirtió en la segunda republicana más popular de cara a las elecciones primarias de New Hampshire, luego de que Ronald DeSantis, gobernador de Florida, abandonara la competencia tras diferenciarse con 30 puntos de Trump después de los caucus en Iowa.
“Success is not final, failure is not fatal: it is the courage to continue that counts.”
– Winston Churchill pic.twitter.com/ECoR8YeiMm
— Ron DeSantis (@RonDeSantis) January 21, 2024
En una encuesta realizada por la Universidad de Suffolk en colaboración con The Boston Globe y la televisora local, Trump le lleva 19 puntos de ventaja a la exembajadora rumbo a las elecciones en New Hampshire. A pesar de ser la única opción ante el expresidente, Haley solo alcanza el 38 por ciento de la preferencia.
Por semanas, Haley ha apostado su futuro político a los votantes del estado del norte. Tradicionalmente, los electores republicanos en New Hampshire suelen ser más moderados que en otras regiones del país, por lo que el discurso de Trump, quien ha perdido dos veces el estado en las elecciones generales, no ha tenido tanta aceptación.
La legislación de New Hampshire permite que los votantes no registrados en ningún partido político participen en las primarias, lo que podría ser determinante en favor de Haley, cuya carrera y propuestas la hacen más competitiva que Trump en los comicios de noviembre próximo.
¿Quién es Nikki Haley y cuál es su trayectoria política?
Hija de inmigrantes indios, Nikki Haley ingresó a la política en su natal estado de Carolina del Sur como miembro de la legislatura local en 2004. Solo seis años después, sería electa la primera gobernadora de la entidad.
Durante su tiempo en la política estatal, Haley implementó una agenda republicana clásica, antiinmigrante, en pro de la reducción de impuestos y a favor de restricciones al aborto.
Su tiempo en la gubernatura estuvo marcado no solo en cumplir promesas de campaña, durante su administración entró en vigor la legislación que obligaba a los empleadores a revisar la ciudadanía de sus empleados, y a las fuerzas de la ley investigar el estatus migratorio de cualquier persona que arrestaran. También, se registró una caída en la tasa de desempleo al generar 400 mil nuevos trabajos.
Los resultados en Carolina del Sur la posicionaron como una figura que resaltó en la contienda por la nominación presidencial republicana en 2016. En su momento, la entonces gobernadora apoyó a los senadores Marco Rubio y Ted Cruz para finalmente votar por Donald Trump una vez que obtuvo la nominación.
Donald Trump says I’m not tough enough to take on Xi Jinping. Let’s review:
I hammered China into signing onto the toughest set of sanctions on North Korea EVER.
Trump congratulated the Chinese Communist Party on its 70th birthday.
You tell me who’s not tough enough. pic.twitter.com/KqV8JrBl3C
— Nikki Haley (@NikkiHaley) January 22, 2024
Aún sin contar con experiencia diplomática, fue nominada por el presidente Trump como embajadora ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Durante los dos años en los que sirvió como representante de Estados Unidos, Haley fue la cara de la política internacional de la administración del magnate. Impulsó el cambio de la Embajada estadounidense en Israel de Tel Aviv a Jerusalén, pugnó por estrictas sanciones a Corea del Norte a razón de su programa nuclear, y fue una de las arquitectas para retirar a su país del tratado nuclear con Irán.
Las intenciones de Haley después de New Hampshire
En opinión de la maestra Dora Isabel Gonzáles, profesora de Política Mundial en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán de la UNAM y jefa del Departamento de Asuntos Internacionales de la Cámara de Diputados, las propuestas de Haley buscan a un votante de perfil moderado.
“Está apostando al sector más suave de los republicanos, quienes ya tienen un voto seguro en Donald Trump. Ella está tratando de poner una agenda parecida a con la que fue gobernadora en Carolina del Sur. Sí está en contra de la migración y el aborto, pero busca un punto medio, lo cual le servía en esas localidades”, apunta la docente.
La académica resalta que, si bien las propuestas de Haley son muy parecidas a las de Trump, ella pertenece a otra clase de republicanos, una cepa que no se ve envuelta en escándalos y que trabaja con una agenda conservadora sin dejar claro cuáles son sus posturas.
I’m not going to step aside just because the D.C. establishment thinks someone else should be coronated. pic.twitter.com/qZggxpmc3e
— Nikki Haley (@NikkiHaley) January 22, 2024
New Hampshire es el reto al que se enfrenta su particular estilo de republicanismo, y si no logra un buen resultado en las urnas, cualquier ambición de su parte quedará sin futuro.
González señala que de obtener un resultado favorable en las primarias de New Hampshire, la cercanía ideológica y personal con Trump podrían llevar a Haley a las boletas de noviembre, pero no en pos de la presidencia, sino como parte de la fórmula que buscaría regresar al magnate a la Casa Blanca.
“(Haley) está apostando a ser la vicepresidenta. De acuerdo a los cálculos, veo que es muy difícil que le gane a Trump; entonces, creo que ella está jugando a quedar en un buen segundo lugar para ser la figura que le apueste a la vicepresidencia”, comenta.
La posibilidad de un enfrentamiento Trump-Haley contra Biden-Harris pondría de manifiesto las similitudes de los dos partidos políticos, al tiempo que resaltaría sus diferencias.
“Hay una gran posibilidad de que Trump quede como candidato; entonces, poner una mujer, también migrante, con experiencia en Naciones Unidas y reconocida en las partes sureñas, daría una muy buena fórmula para la presidencia, pero esos son cálculos, todavía falta mucho”, remata la académica.