Prensa cautiva
Periodistas que trabajan en Venezuela son detenidos sin explicaciones y su equipo de trabajo es registrado. Los casos de Univision Noticias y Telemundo son una muestra del trato que reciben los reporteros por parte del gobierno venezolano
Mariana RecamierEl periodista español Gonzalo Domínguez Loeda fue detenido sin explicaciones en Venezuela. Estuvo en prisión durante una noche después de ser arrestado por integrantes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin).
Su caso, como la retención de los periodistas de Univision Noticias encabezados por Jorge Ramos, es una muestra del trato que recibe la prensa por parte del gobierno venezolano
De acuerdo con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa de Venezuela, al menos 30 reporteros y trabajadores de medios de comunicación fueron detenidos en los primeros meses de 2019.
La organización venezolana Espacio Público registró, tan sólo el 23 de enero, 17 ataques directos a periodistas; entre ellos, detenciones arbitrarias, confiscación de equipos y agresiones de la policía y del ejército.
Gonzalo fue detenido este año. El periodista que trabaja como corresponsal de la agencia Efe en Bogotá, Colombia, viajó el 24 de enero a Venezuela para apoyar a sus compañeros que laboran en Caracas porque estaban rebasados por los acontecimientos relacionados con la autoproclamación de Juan Guaidó como presidente.
“Fuimos de apoyo desde Bogotá porque es la corresponsalía más cercana. La delegación de ahí estaba un poco sobrepasada. Al llegar al país nos identificamos en la frontera, dijimos que éramos periodistas y pedimos permiso para trabajar… Quisieron saber todo sobre nosotros y luego nos dieron luz verde. Estuvimos cerca de cuatro horas en el aeropuerto”, dice Gonzalo en entrevista para Reporte Índigo.
El corresponsal viajó con sus compañeros colombianos Maurén Barriga Vargas y Leonardo Muñoz. Los tres trabajaron con normalidad hasta el 30 de enero, cuando fueron detenidos por cinco integrantes del Sebin.
“Detuvieron a mi compañero Leonardo mientras hacía unas fotografías. Después estuvimos sin saber nada de él durante 12 horas. Cuando Maurén y yo ya nos íbamos a descansar nos estaban esperando cinco miembros del Sebin en el hotel cada uno con sus logos y armas, nos detuvieron y nos llevaron al Helicoide”, cuenta Gonzalo.
El Helicoide es la sede del Sebin. El periodista español comparte que antes de que su compañera y él llegaran al hotel, los miembros del Sebin registraron sus habitaciones e incluso uno de ellos tenía el pasaporte de Gonzalo en las manos.
Los agentes nunca les dieron detalles sobre la razón de su arresto. En el hotel les dijeron que Leonardo estaba detenido y que debían presentar una declaración en El Helicoide porque los tres habían entrado juntos al país, pero no sabían que iban a pasar una noche privados de su libertad.
Gonzalo recuerda que lo primero que hicieron los agentes fue esposarlo y luego vino una conversación con un integrante del Sebin que no le dio información concreta sobre la razón de su arresto.
—¿Por qué me esposan? ¿Existe una acusación sobre mí?
—No, es un protocolo de seguridad.
—¿Un protocolo de seguridad para qué?
—Existe un proceso de investigación.
—¿Qué investigan, qué buscan, por qué revisan mi teléfono, tienen indicios de que cometí un delito?
—No.
“Todo el tiempo que estuve preso no supe la razón de mi detención. Nunca nos dijeron nada al respecto ni nos dieron ninguna explicación”, dice Gonzalo.
Cuando llegaron al Helicoide, los agentes les quitaron los teléfonos a los tres y les pidieron la contraseña para revisar sus mensajes, fotografías y otros archivos.
“Revisaron todas nuestras fotografías y conversaciones de WhatsApp tanto personales como profesionales. Se acercaban y nos preguntaban por qué estábamos hablando con tal persona, por qué le estábamos contando tal cosa a alguno de nuestros contactos o por qué teníamos ciertas fotos”, describe Gonzalo.
Los agentes no borraron nada de los teléfonos, cámaras ni computadoras de los periodistas, pero revisaron los dispositivos de arriba a abajo. A Leonardo lo detuvieron mientras hacía una fotografía y esa imagen se mantuvo en su cámara hasta que fue liberado.
Los corresponsales de Efe llegaron a las 9:30 de la noche al hotel ese miércoles que permanece fresco en sus mentes y ya los esperaban los agentes. Los dejaron en libertad cerca del mediodía del jueves.
Antes de liberarlos, los miembros del Sebin les dijeron que los iban a deportar e incluso los llevaron a las oficinas del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime), pero al final permitieron que permanecieran en Venezuela.
Les dijeron que podían seguir realizando su trabajo e incluso les otorgaron un visado de cortesía para que estuvieran en territorio venezolano con tranquilidad. Gonzalo regresó a Bogotá, donde trabaja en la actualidad, hasta el 20 de febrero.
El corresponsal de Efe comenta desde la capital colombiana que lo detuvieron el mismo día que se realizó la primera concentración convocada por Guaidó desde que asumió la presidencia interina. El trabajo que hizo con sus compañeros fue estrictamente de cobertura de las manifestaciones.
El resto de la semana, los periodistas estuvieron trabajando temas de vida cotidiana y sobre la situación económica del país porque hubo una devaluación fuerte del bolívar. Cubrieron actos oficialistas y de oposición por igual.
“Nunca recibí una explicación. Por eso no puedo decir si publiqué un artículo y no les gustó”, opina el periodista español.
Sin embargo, Gonzalo comenta que su cobertura de casi un mes en Venezuela fue incómoda porque un celular con cámara siempre fue su sombra.
“Te graban cuando estás trabajando. Es una forma como de amedrentarte. Estás haciendo una entrevista y de repente tienes una persona detrás que te graba con el teléfono. Estás saliendo de una zona y algún simpatizante del chavismo te graba y pregunta ‘ustedes quiénes son y qué hacen aquí’. Si es una autoridad se lo explicas, pero una persona con un teléfono no tiene mucho sentido”, comenta el periodista.
La experiencia de Gonzalo en Venezuela no es un caso aislado. El país dirigido por Nicolás Maduro se encuentra en el puesto 143, entre 180 naciones, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2018 de Reporteros Sin Fronteras.
Además, organizaciones denuncian que los actos en contra de la libertad de prensa no sólo son detenciones. Miembros de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) y del Sebin entraron por la fuerza a las oficinas de Global TV, Noticia Al Día y Aventura TV el 23 de enero en Maracaibo, destruyeron los equipos informáticos y retiraron la conexión a internet, según informes de Reporteros Sin Fronteras.
Espacio Público también registró 17 ataques directos a periodistas el 23 de enero, entre ellos el caso de Marcos Morin Aguirre, reportero de La FM que fue retenido por la Guardia Nacional Bolivariana cuando hacía cobertura en Caracas. Le confiscaron la memoria de su cámara fotográfica y su teléfono. Minutos más tarde fue liberado.
“Gracias a Dios todo está bien, me devolvieron mis documentos y celular y continúo en mis labores periodísticas”, publicó en su cuenta de Twitter
La periodista Magda Gibelli denunció que el mismo día un militar la amenazó con quitarle su teléfono porque estaba grabando un punto de concentración en la zona.
Casos recientes
La retención de periodistas de Univision Noticias fue uno de los últimos casos en contra de la libertad de prensa en Venezuela.
Los reporteros encabezados por Jorge Ramos fueron retenidos el lunes en el Palacio de Miraflores casi tres horas y luego liberados.
Todo comenzó cuando Ramos le hizo una entrevista al presidente Nicolás Maduro. A él le disgustaron las preguntas y ordenó decomisar el material grabado, los equipos de televisión y telefonía y retener a los periodistas.
Ramos cuenta en entrevista para Univision que le mostró al presidente un video de venezolanos comiendo restos de un camión de basura y Maduro detuvo la entrevista.
El presidente Andrés Manuel López Obrador mostró su apoyo a los periodistas de Univision Noticias el martes.
“Somos partidarios de la libertad de expresión y el respeto que debe haber para el ejercicio libre del periodismo en México y en el mundo. Es lo que puedo señalar”, dijo el mandatario.
El caso más reciente es el de Daniel Garrido, periodista de la cadena Telemundo que fue secuestrado en Caracas mientras daba cobertura a la retención de Ramos y le quitaron su equipo de trabajo.
De acuerdo con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa de Venezuela, Gallardo fue incomunicado por ocho horas por funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin).