Como “enviados de la amistad”, los adorables pandas representan el lazo entre China y sus aliados y forman parte de una milenaria práctica en donde los mandatarios del país oriental trasladan a su embajador más reconocido a países amigos.
Si bien el obsequio de estos animales data del siglo VII su interpretación moderna se remonta apenas a 1957 cuando Mao Zedong envió a la pareja Ping Ping y Qi Qi como obsequios a la URSS para conmemorar el 40 aniversario de la Revolución Rusa.
México fue uno de los primeros países en beneficiarse de esta política, pues en 1975 recibió una pareja de pandas que formaba parte de los primeros 20 que dejaban China desde el triunfo de la revolución de Mao.
De 1957 a 1981 los países recibieron a los peludos embajadores chinos como un obsequio, pero en 1984, tras la adhesión de China a la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, el esquema cambió y los pandas fueron considerados un préstamo, originalmente con fines comerciales y después con objetivos científicos y de conservación.
China “presta” sus pandas a socios comerciales
El esquema actual por el cual China “presta” a sus pandas gigantes puede llegar a costar a los zoológicos que los acogen hasta un millón de dólares al año, más 600 mil dólares por cada osezno que se llegara a producir; sin embargo las consideraciones para recibir a uno de estos animales no son solo comerciales.
Investigadores internacionales han notado una correlación entre los préstamos y retiros de los pandas y las relaciones que sus países de acogida desarrollan con el gigante asíatico. Por ejemplo, en 2009 y 2012 Australia, Canadá y Francia recibieron la visita de una pareja de embajadores al mismo tiempo que se negociaban contratos por la explotación de recursos entre estos países y China.
Lo contrario ocurrió en 2020, cuando el presidente Donald Trump culpó a China de la crisis por COVID-19, el gobierno del presidente chino Xi Jinping pidió devolver los ejemplares que residían en el Zoológico Nacional de Estados Unidos para 2023.
¿Por qué México es dueño de su propio panda?
México es un caso especial en las relaciones diplomáticas animales, pues fue el primer país latinoamericano en recibir este regalo por parte de la República Popular China.
Tan solo tres años después de que se establecieran relaciones diplomáticas con el gobierno comunista y después de un discurso en defensa de la aceptación del régimen en la Asamblea de Naciones Unidas, la pareja Pe Pe y Ying Ying llegó al zoológico de Chapultepec en 1975.
Actualmente Xin Xin es el único panda que habita en el zoológico de Chapultepec que no pertenece al gobierno chino. Xin Xin es nieto de la primera pareja que llegó a México en 1975.
Como los pandas de los que proviene fueron donados a México antes del cambio impulsado por la adopción china de las medidas internacionales respecto a especies amenazadas, el producto de su reproducción en cautiverio no está sujeta a las condiciones que el resto de los pandas del mundo.
La presencia de este ejemplar en el país todavía es considerada una muestra de la relación sino-mexicana y la buena voluntad entre los dos gobiernos. Pese a ello, la edad de Xin Xin se acerca al récord de longevidad en cautiverio, por lo que a su muerte la presencia de pandas gigantes en México dependerá de la voluntad del gobierno de Xi Jiping.