Políticamente incorrecto
Productos de ficción están causando molestias reales de gobiernos y agrupaciones internacionales.
El atentado terrorista a la revista francesa Charlie Hebdo, ocurrido este miércoles, es sólo la más reciente muestra de los estragos que pueden provocar las representaciones de la cultura no occidental.
Hombres vinculados con el yihadismo asesinaron a 12 personas en las instalaciones del medio en París, incluyendo al editor, para vengarse de las caricaturas satíricas de Mahoma que ha publicado el medio.
Pedro Pablo Cortéshttps://www.youtube.com/watch?v=HivQ-QcSlbQ&feature=youtu.be
Productos de ficción están causando molestias reales de gobiernos y agrupaciones internacionales.
El atentado terrorista a la revista francesa Charlie Hebdo, ocurrido este miércoles, es sólo la más reciente muestra de los estragos que pueden provocar las representaciones de la cultura no occidental.
Hombres vinculados con el yihadismo asesinaron a 12 personas en las instalaciones del medio en París, incluyendo al editor, para vengarse de las caricaturas satíricas de Mahoma que ha publicado el medio.
También esta semana, la prensa estadounidense publicó que los gobiernos de Pakistán e Israel están furiosos por “Homeland”, una serie de Estados Unidos (EU) en la que Claire Danes interpreta a una agente de la CIA que combate el terrorismo.
Las autoridades paquistaníes se quejaron porque el programa de televisión muestra al país con escasa vegetación, a actores con acento inapropiado y a militares que ayudan a los terroristas.
Israel criticó que, en el capítulo final de esta temporada, un personaje asegura que el ex primer ministro Menajem Beguin mató a 91 soldados británicos antes de llegar al poder.
Además, en diciembre pasado, Corea del Norte realizó un ataque cibernético contra Sony por la producción de la película “Una Loca Entrevista” (The Interview), en la que James Franco y Seth Rogen intentan asesinar al líder del régimen, Kim Jong-un.
¿Por qué una revista, una serie o una película causan reacciones de tal magnitud?
No es un simple chiste
La burla a símbolos religiosos y de poder está fuera del código cultural de los países no occidentales, explica en entrevista con Reporte Indigo Aurelio Collado, profesor de comunicación y globalización del Tecnológico de Monterrey.
“Ellos lo leen como una ofensa porque en los códigos que rechazan esto no está la idea de la libertad, está la idea del sometimiento a un gran líder, como el caso de Corea del Norte, o a un sistema de creencias, como el caso del Islam”, indica Collado.
El especialista expone que las sociedades autoritarias controlan las expresiones culturales, por lo que ven las sátiras y demás productos audiovisuales de EU y Francia como una amenaza a su status quo.
“El problema se produce cuando chocamos contra modelos autoritarios, yo lo reduciría a ‘la libertad contra el autoritarismo’”, precisa Collado.
“Es una cultura entrando en contacto con otra”, agrega, “y cuando se establecen ese tipo de vínculos, la base del poder cuenta mucho. Y el poder lo que establece es alguien que somete y alguien que es sometido.
“Y desde la cultura se establece también un vínculo de poder, hay culturas dominantes y hay culturas dominadas. Las culturas dominadas, si tienen una base autoritaria, van a reaccionar con violencia hacia la burla”.
¿Por qué se burla occidente?
Collado expone que en Occidente la gente se burla como una forma de criticar a lo que no puede controlar.
“El sarcasmo o la burla suele ser el recurso del sometido cuando se produce dentro del sistema de referencia. Cuando se produce fuera del sistema de referencia no es más que un objeto más de lo que burlarse”, aclara el catedrático.
“Cuando los occidentales nos burlamos estamos haciendo uso de un valor cultural”, añade, “es decir, para nosotros una burla está dentro del campo de protección del derecho a la libertad de expresión.
“O sea, puede ser políticamente incorrecto, pero no es ilegal, no es un delito y tampoco atenta contra la moralidad”.
Sin embargo, el académico admite que hay una falta de sensibilidad en naciones como EU y Francia al momento de referirse a culturas ajenas a Occidente.
“Se presenta una visión occidental de prácticas, costumbres y creencias no occidentales de formas que no son aceptadas por la otra cultura”, dice.
“El gran problema occidental es la incomprensión de la otredad y el uso de nuestros comunicativos para denostar, desde una posición de poder, a lo que no entendemos”.
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> Una guerra cultural Por Pedro Pablo Cortés