Pobreza en distintas dimensiones
Mil 300 millones de personas son pobres en varios niveles porque tienen ingresos muy bajos y carecen de acceso a agua potable, alimentos suficientes o electricidad. La mitad son menores de edad
Mariana RecamierEl diez por ciento de la población mundial sobrevive cada día con menos de 1.90 dólares. Estas personas extremadamente pobres, de acuerdo con los parámetros utilizados hasta ahora para medir la pobreza.
No obstante, los individuos que están por encima de este nivel de ingresos no tienen asegurada una vida digna, es decir, no tienen garantizados derechos como la alimentación y el acceso a la educación.
Por eso, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) unió esfuerzos con la Iniciativa para el Desarrollo Humano y contra la Pobreza de la Universidad de Oxford (OPHI, por sus siglas en inglés) para saber cuántos seres humanos sufren carencias múltiples y simultáneas más allá de su ingreso.
Los resultados se publicaron en el Índice Mundial de Pobreza Multidimensional (MPI) de 2018.
Además, la mitad, es decir, 49.7 por ciento de pobres multidimensionales son niños de 0 a 17 años.
Las medidas de pobreza multidimensional muestran quiénes son pobres y la manera en que lo son, es decir, la gama de diferentes desventajas que experimentan.
Además de proporcionar una medida titular de la pobreza, las medidas multidimensionales se pueden desglosar para revelar el nivel de pobreza en diferentes zonas de un país y entre los diferentes grupos de personas.
La pobreza multidimensional considera tres dimensiones: salud, bienestar y estándares de vida. También contempla varios elementos: años de escolaridad y matriculación escolar, combustible para cocinar, servicios sanitarios, agua potable, electricidad, vivienda y activos materiales.
Con datos sobre desnutrición, años de escolarización, estado de las viviendas, el combustible con el que cocinan y diez indicadores en total sobre salud, educación y nivel de vida, los autores del informe fueron capaces de calcular no solo el número de pobres multidimensionales, sino también el grado, la cantidad e intensidad de las privaciones e incluso dónde viven y qué edad tienen.
“No sólo nos permite entender cómo les va a los diferentes países en su lucha contra la pobreza, sino que nos ayuda a comprender mejor quiénes son los pobres, dónde están y las muchas maneras diferentes en que experimentan la pobreza”, explicó Sabina Alkire, directora de la OPHI y autora de este índice, en la presentación de la investigación en la sede de la ONU en Nueva York.
Es por eso que este informe visibiliza a pobres que no aparecen en las estadísticas basadas exclusivamente en el ingreso.
Los datos muestran que de los mil 300 millones de pobres, el 46 por ciento lo son de manera severa, es decir, sufren carencias en al menos la mitad de las dimensiones que cubre el índice.
En cuanto a la distribución geográfica, el 83 por ciento se concentra en dos regiones: África subsahariana con 560 millones —el 58 por ciento de su población—, de los que 342 millones son severos, y Asia meridional con 546 millones —el 31 por ciento de sus habitantes—, 200 millones de ellos en la forma más extrema.
Además, la pobreza multidimensional es mucho más intensa en las áreas rurales que en las urbanas.
En todo el mundo hay mil 100 millones de personas que viven en pobreza multidimensional en zonas rurales, en comparación con los 0.2 millones de personas que la experimentan en las zonas urbanas.
La mitad son niños
“La mitad de ellos son niños. Es toda una generación cuyas vidas están atrapadas en la pobreza”, explicó Achim Steiner, administrador del PNUD.
Ese es el caso de Amudhra, una niña de 14 años que vive en Tamil Nadu, al sur de India, a la que entrevistaron las estudiantes de la Lady Doak Colleague para el estudio.
A partir de 10 preguntas, se dieron cuenta que en el hogar de Amudhra había varios miembros desnutridos, no tenían un combustible limpio para cocinar, ni agua potable ni saneamiento, sin embargo, sí contaban con electricidad tomada de unos vecinos, todos los niños en la casa iban a la escuela y ningún menor había muerto en la última década.
“Esto nos debería hacer levantarnos de la silla. Es una generación completa, cientos de millones de personas, de vidas y caminos vitales atrapados en la pobreza”, aseguró el jefe del PNUD, Achim Steiner, durante la presentación del Índice en Nueva York.
Las nuevas cifras muestran que, en 104 países principalmente de bajos y medianos ingresos, 662 millones de niños sufren de pobreza multidimensional. En 35 de estos países, la mitad de todos los infantes son pobres.
El índice funciona en la India
De acuerdo con el administrador del PNUD, el índice es una herramienta para erradicar la pobreza, como manda el primero de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Estos objetivos son un llamado universal de parte de las Naciones Unidas a la adopción de medidas para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad
Un ejemplo de la utilidad del índice está en India, el primer país en el que se analizó el progreso alcanzado a lo largo del tiempo. Entre 2006 y 2016, 271 millones de personas salieron de la pobreza. Más que toda la población de Indonesia
Según los datos más recientes del índice, 364 millones de habitantes del país asiático, un 27.5 por ciento, eran pobres multidimensionalmente en 2016, principalmente por las malas condiciones de vida y, en menor proporción, por las carencias relacionadas con la salud y la educación.
Una década antes, los números eran peores: un 55 por ciento de los indios sufría varias de las privaciones escrutadas.
Steiner dijo que esto no es una casualidad, sino que se debe a que el gobierno indio usa el índice para tomar decisiones adecuadas para mejorar la vida de las personas.
Para él, el avance de la India es la prueba de que este problema se puede combatir si las prioridades y programas están bien definidos. Para ello, el trabajo de investigación y estadístico es fundamental.
El objetivo de las dos iniciativas que realizan el informe es recabar datos periódicamente para poder observar los progresos y disponer de una fotografía más nítida sobre quiénes necesitan ayuda, qué tipo y dónde. Con el índice, los políticos comprometidos con poner fin a la pobreza podrán tomar decisiones más informadas y financiar adecuadamente los programas diseñados para este propósito.