El primer ministro de Holanda, Mark Rutte, proclamó el jueves 13 la victoria de su formación conservadora Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD, por sus siglas de origen) en las elecciones del pasado miércoles.
Estas eran consideradas como un referendum para decidir si se seguía o no la línea de la Unión Europea en lo relativo a la crisis después de que el 23 de abril Rutte presentara su dimisión y convocara elecciones adelantadas por no conseguir el apoyo para su plan de recortar 15 mil millones de euros.
Conforme avanzó el escrutinio, el VVD se perfiló para ocupar 41 de las 150 bancas del Parlamento, dos más que su próximo rival, el partido Laborista, de centro izquierda, dirigido por Diederik Samsom. Por Juntos tienen mayoría en el Parlamento pero, por separado, les será difícil formar Gobierno.
El resultado deja listo el escenario para que el VVD y el Laborista —ambos favorables a la Unión Europea— integren una coalición en la que Rutte podría ser primer ministro en un segundo periodo. Las conversaciones formales para formar la coalición sólo comenzarán hoy si se verifican los resultados.
Ambos partidos principales lograron una votación mayor a la que anticipaban las encuestas antes de los comicios. Estas otorgaban una intención de voto nunca antes vista para el Partido Socialista. Sin embargo, al final, los electores se apartaron de los partidos chicos para irse con los grandes. Así, los islamófobos de Geert Wilders se hundieron, perdiendo 9 diputados, y los socialistas se quedaron con los 15 que habían obtenido en 2010.
Samson dijo a partidarios en Amsterdam que el partido Laborista estaba dispuesto a contribuir a la formación de un gobierno “si el resultado de esta noche se traduce en planes para un nuevo gabinete”.
Sin embargo, Rutte también describió el resultado como una aprobación a las políticas de derecha y al programa de austeridad de su gobierno previo, en tanto que Samson pugnó por un plan de cambio tipo Francia.
(Con información de AP)