Pide humildad a los poderosos
Una multitud estuvo presente en el Vaticano para presenciar la misa inaugural del Papa Francisco, quien hasta hace poco era cardenal de Buenos Aires.
En ella, Jorge Mario Bergoglio recibió dos simbólicos elementos: el anillo del Pescador y el palio de lana.
A diferencia de Benedicto XVI, cuyo anillo era completamente de oro, el pontífice le hizo honor a su tierra natal –el país del argento– y eligió uno de plata con baño dorado.
Dichos objetos representan el poder pontificio y el comienzo de su liderazgo en la Iglesia Católica.
Indigo Staff
Una multitud estuvo presente en el Vaticano para presenciar la misa inaugural del Papa Francisco, quien hasta hace poco era cardenal de Buenos Aires.
En ella, Jorge Mario Bergoglio recibió dos simbólicos elementos: el anillo del Pescador y el palio de lana.
A diferencia de Benedicto XVI, cuyo anillo era completamente de oro, el pontífice le hizo honor a su tierra natal –el país del argento– y eligió uno de plata con baño dorado.
Dichos objetos representan el poder pontificio y el comienzo de su liderazgo en la Iglesia Católica.
Pero no solo los más de 200 mil fieles que abarrotaron la Plaza de San Pedro arroparon la subida de telón del flamante Papa.
Cerca de él también estuvieron más de un centenar de figuras políticas, entre presidentes, cancilleres, príncipes y reyes.
A ellos les pidió entender que el verdadero poder es servir a los más necesitados.
“Quisiera pedir por favor a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito político, social o económico, a todos los hombres de buena voluntad: seamos custodios de la creación, guardianes del otro, del medio ambiente”, les pidió el exarzobispo argentino a los presentes.
Y a pesar de la importancia de la liturgia, el momento que realmente acaparó los reflectores fue cuando los más de 130 líderes mundiales pasaron, uno por uno, a saludar al Papa número 266 de la historia, un proceso que duró dos horas, casi el doble que la ceremonia religiosa.
Entre las personalidades que asistieron estaban la canciller alemana Angela Merkel, el presidente mexicano Enrique Peña Nieto, los príncipes de España Felipe y Letizia, el mandatario ecuatoriano Rafael Correa, el vicepresidente de EU Joe Biden, el presidente de la Comisión Europea José Manuel Barroso, los príncipes de Países Bajos Guillermo y Máxima, entre otros.
Desde este lunes, el Vaticano contó con la presencia de la delegación argentina encabezada por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
La viuda de Néstor Kirchner, su antecesor en la Jefatura de Estado y su fallecido esposo, estuvo acompañada del jefe de Gobierno de Buenos Aires Mauricio Macri.
En Argentina, el kirchnerismo criticó el cambió de postura radical de la presidenta y su gabinete.
En el pasado existieron fuertes fricciones entre Fernández y Bergoglio, principalmente por la reacción del religioso frente a las políticas del gobierno con respecto al aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Antes de la misa, el Francisco recorrió en un papamóvil descubierto la Plaza de San Pedro donde la gente lo vitoreó.
En el camino, besó a varios niños y bajó para bendecir a un enfermo que se encontraba entre la gente.