En Perú, el Covid-19 no da tregua. El número de casos confirmados va en aumento a pesar de que fue la primera nación de América Latina en implementar una de las cuarentenas más estrictas del mundo.
Desde el 16 de marzo, el gobierno liderado por Martín Vizcarra declaró estado de emergencia e impuso aislamiento social obligatorio, luego de que se registraran los primeros 100 casos de personas infectadas por coronavirus.
Pese a los esfuerzos, el territorio peruano se convirtió en el segundo país de Latinoamérica más afectado por la pandemia, después de Brasil. Hasta el 1 de junio acumuló 164 mil 476 enfermos y cuatro mil 506 muertes, de acuerdo con los datos del Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas (CSSE) de la Universidad Johns Hopkins (JHU).
Para Margarita Vilchis Rodríguez, especialista en relaciones internacionales de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la estrategia del gobierno peruano pudo fallar debido a la falta de cohesión en su estructura política y social, ya que en las cinco fronteras que tiene el país hay una carencia de autoridad y de liderazgo, lo que provoca que las medidas impuestas no se cumplan de la manera estipulada.
“A pesar de que Vizcarra fue un gobernante aceptado, no tiene una base social, partido político propio ni representación parlamentaria. Estos factores juegan en su contra porque lo vuelven vulnerable ante cualquier iniciativa que quiera plantear, ya que no será respaldada por un grupo homogéneo de colaboradores que le otorguen su confianza”, explica la licenciada y maestrante en relaciones internacionales.
Desobediencia, el mayor reto en Perú
El descontrol rige las calles de Perú, el sistema de salud colapsó y cada día se intensifica la carrera por conseguir el mayor número de respiradores para atender a los miles de pacientes que esperan afuera de los hospitales.
De acuerdo con los datos proporcionados por el gobierno peruano, los centros de salud cuentan con mil camas de cuidados intensivos y aseguran que las ampliarán a dos mil en los próximos días.
Debido a que la curva de contagios aumentó en el último mes, el confinamiento fue declarado hasta el 30 de junio. Sin embargo, esta medida es difícil de respetar, ya que los peruanos salen a trabajar o van en busca de alimentos, algunos sin cumplir con las medidas de protección y distanciamiento social.
El último informe sobre las características de la Población Ocupada en Empleo Informal realizado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática de Perú (INEI), revela que más del 70 por ciento de los trabajadores peruanos son informales. Asimismo, cuatro de cada 10 colaboradores son independientes y la mitad de ellos tiene ingresos por debajo del sueldo mínimo legal.
Además, sólo 49 por ciento de los hogares en Perú cuenta con un refrigerador, estima el Censo Nacional 2017, publicado por el INEI. Algunos especialistas aseguran que esta situación obliga a los civiles a salir al mercado todos los días, pues muchos de ellos no pueden quedarse en sus casas por varios días sin comer.
Además, que sólo 38 por ciento de los adultos peruanos tenga una cuenta de ahorros en un banco impide una distribución ordenada de la asistencia económica otorgada por Estado, de acuerdo con Margarita Vilchis, académica de la FES Aragón.
“Paralelo a la cuarentena, el gobierno de Vizcarra puso en marcha uno de los planes económicos más grandes de la región. Va a destinar alrededor de 12 por ciento del PIB para ayudar a la gente que perdió su trabajo y a las empresas. Habló de créditos por 31 mil millones de soles para reactivar la economía, pero solo implica a empresarios y a la clase media alta”, dijo la especialista.
Las razones del contagio
Con 32 millones de habitantes, Perú es uno de los países que más test de Covid-19 realizó, hasta el 24 de mayo reportó 820 mil pruebas, más que Brasil que tiene una población seis veces más grande, por lo que a mayor número de muestras más registro de enfermos, de acuerdo con los datos del Ministerio de Salud peruano, el Ministerio de Salud de Brasil y el Banco Mundial (BM).
Las aglomeraciones fueron otro de los factores que provocaron la ola de contagios, las publicaciones dadas a conocer por los medios locales dejaron entrever que ningún mercado local estaba preparado para respetar la distancia social, todos los vendedores se mantienen juntos y miles de compradores no respetan la sana distancia en su intento por abastecerse de comida.
La internacionalista Margarita Vilchis argumenta que el panorama anterior está latente en zonas como Iquitos y Tumbes, en donde la población quedó expuesta a las fronteras de Venezuela y Colombia.
“En esta frágil estructura peruana sólo se protege a un grupo y no a la gran mayoría, en los próximos meses esto será el problema porque la población estará muy frágil. Ahora los retos son demasiados, pues el gobierno deberá centrarse en reactivar la economía y en establecer una reconstrucción social con bases firmes en función de una política social que permeé en las clases sociales más vulnerables”, insiste la internacionalista.