Estados Unidos cuenta con reservas históricas de crudo, pero sigue sediento por este recurso natural.
De acuerdo con The Guardian, se espera que esta semana el Gobierno de Estados Unidos de la luz verde a un controversial plan de Shell para reiniciar la perforación de petróleo en el ártico.
El permiso, que sería otorgado por la secretaria del Interior Sally Jewell, seguramente provocará manifestaciones de ambientalistas que han luchado por años en contra de los planes de exploración de la compañía anglo-holandesa frente a las costas de Alaska.
El departamento del Interior había tenido que reiniciar el proceso de aprobación después de que una corte federal determinara el año pasado, como parte de un caso presentado por grupos ambientalistas, que el Gobierno había cometido errores en la evaluación de riesgos medioambientales del proyecto de perforación.
Sin embargo, a pesar de que la misma dependencia gubernamental admitió en su nueva evaluación que “existe un 75 por ciento de probabilidad de (que ocurran) uno o más derrames”, esta lo respaldó de nueva cuenta.
Graves riesgos
Mientras tanto, la organización ambientalista Greenpeace argumenta que la extracción en las extremas condiciones del Ártico siempre es riesgoso, especialmente durante un periodo en el que la industria petrolera intenta reducir gastos debido al precio de 50 dólares por barril.
Estas compañías, que tienen la presión de recortar sus costos de operación, cuentan con “récords de seguridad francamente atroces”, lo cual “no pinta bien para el ártico, o la gente y la vida silvestre que lo consideran su hogar”, dijo Charlie Kronick, activista de Greenpeace para el Ártico.