Pedro Sánchez: herido de muerte

“El cese inevitable y legítimo de Sánchez es la única salida para salvar al Partido Socialista”, se leía en la editorial de El País del día de ayer.

Diecisiete de los 38 miembros que integran la dirección del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) presentaron su renuncia este miércoles para forzar la salida de su secretario general, Pedro Sánchez.

El partido de los socialistas no solo atraviesa un profunda crisis dentro del partido, la agonía se agravó después de las históricos derrotas electorales del partido a nivel autonómico.

Andrea Montes Renaud Andrea Montes Renaud Publicado el
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sin lograr consensos para formar Gobierno en España
"Si el secretario general no la quiere asumir, obviamente tiene que dimitir. Alguno tendrá que asumir la responsabilidad política por ir de derrota en derrota”

Felipe GonzálezExpresidente del Gobierno español

“El cese inevitable y legítimo de Sánchez es la única salida para salvar al Partido Socialista”, se leía en la editorial de El País del día de ayer.

Diecisiete de los 38 miembros que integran la dirección del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) presentaron su renuncia este miércoles para forzar la salida de su secretario general, Pedro Sánchez.

El partido de los socialistas no solo atraviesa un profunda crisis dentro del partido, la agonía se agravó después de las históricos derrotas electorales del partido a nivel autonómico.

Y esta escisión interna es en efecto producto de los resultados de las votaciones en Galicia y el País Vasco celebradas el domingo pasado, pero que se suman a las derrotas cosechadas en las dos elecciones generales del último año, donde el PSOE ha obtenido los peores resultados de su historia.

“Cualquier dirigente político cabal lo hubiera hecho sin dudarlo”, continúa la redacción del diario español, “pero Sánchez ha resultado no ser un dirigente cabal, sino un insensato sin escrúpulos que no duda en destruir el partido que con tanto desacierto ha dirigido antes que reconocer su enorme fracaso”. 

El expresidente del gobierno español Felipe González pidió a Sánchez asumir responsabilidades por los malos resultados electorales y, además, lo acusó de haberle mentido. 

“El 29 de junio me explicó que pasaba a la oposición, que no intentaría ningún gobierno alternativo”, declaró Felipe González a la Cadena Ser.

“Me siento frustrado, como si me hubieran engañado”, aseguró el expresidente socialista tras explicar que Sánchez le reveló que al final pediría a sus diputados abstenerse para permitir a Mariano Rajoy ser investido de nuevo.

Y es que en el PSOE hay una guerra abierta entre los afines a Sánchez y los partidarios de una abstención, como Felipe González.

Pues a pesar de las presiones internas y externas para que el PSOE permita gobernar a Mariano Rajoy en minoría, Sánchez se empeña en impedirlo y quiere intentar liderar un ejecutivo, incluso, si eso significa ir contra la opinión de una parte de su propio partido.

Y es que, dentro de la cultura del partido, si el comité federal fija una posición, ya sea, la abstención, la no abstención, el voto en contra o a favor, si es una posición mayoritaria la asume todo el mundo.

 “Y si el secretario general no la quiere asumir, obviamente tiene que dimitir”, sostiene González. Añadiendo: “Alguno tendrá que asumir la responsabilidad política por ir de derrota en derrota”.

La deriva de los socialistas

El PSOE votó en contra de la investidura de los conservadores, alargando el bloqueo de nueve meses sin gobierno y acercando la amenaza de unas terceras elecciones legislativas.

Desde diciembre de 2015, la fragmentación parlamentaria entre cuatro grandes partidos por la irrupción de la izquierda radical Podemos y del centroderecha de Ciudadanos dificulta la formación de un ejecutivo.

Para liderar un gobierno alternativo de izquierdas, Sánchez necesitaría pactar con Podemos y obtener la luz verde de los independentistas vascos y catalanes, que a cambio reclaman un referéndum de autodeterminación: una condición inaceptable para gran parte del PSOE.

Ante esta división, Sánchez convocó unas primarias dentro del partido para el 23 de octubre con la esperanza de verse reforzado por las bases, que le son favorables en su oposición a Rajoy.

Sus críticos multiplican sus maniobras para forzarlo a dimitir en una reunión de la ejecutiva del partido el sábado.

A los 44 años de edad, quien es secretario general del PSOE desde 2014, y que debía simbolizar la renovación del partido, parece encarnar el fracaso de esta formación que compite con la izquierda de Pablo Iglesias.

Parálisis política

Sánchez y su partido ya perdieron 20 escaños en las elecciones parlamentarias de diciembre pasado, dejando sólo 90 asientos.

Y lo hizo peor en junio, cayendo a 85 diputados.

Pero esta división también está vinculada a la parálisis política en una España sin gobierno desde hace más de nueve meses. Pues la derecha, a la cabeza pero con muy poco plomo -137 diputados de 350- no encuentra tampoco suficiente apoyo para formar un nuevo gabinete. 

No obstante el Partido Socialista es el único que puede romper el punto muerto: si sus 85 delegados optan por la abstención, la derecha, con el apoyo de los centristas podrán gobernar.

Y si bien, una buena parte de los líderes socialistas ya está a favor de la formación de un gobierno conservador, Pedro Sánchez reiteró este lunes su negativa al Partido Popular de Mariano Rajoy decidiendo a toda costa formar un gobierno de izquierda, aunque ello implique el apoyo de los separatistas vascos y catalanes. 

Y de cara a la oposición dentro de su partido, Sánchez anunció su deseo de adelantar el congreso del partido para buscar la reelección el próximo 23 de octubre.

Por ahora, los órganos competentes del partido dejaron sin funciones a la ejecutiva de Sánchez y, de esa forma, se queda anulada la secretaría general. 

Una gestora debería conducir el partido hasta la celebración del congreso extraordinario, a su vez, llevaría a la elección de una nueva ejecutiva federal.

“La dirección va a cumplir y hacer cumplir las normas del partido. (…) Ha llegado el momento de debatir, decidir y que haya una única voz en el PSOE, respaldada por la mayoría de militantes y votantes”, aseguró César Luena, el número dos del PSOE.


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