Con pantallas gigantes, en las que se transmitió el juego de cuartos de final del Mundial de futbol, Bélgica trató de calmar los ánimos y paliar la situación que se vive en los centros penitenciarios de aquel país, que ha sido duramente criticado por el Comité para la Prevención de la Tortura (CPT) del Consejo de Europa por la situación que se vive en sus interiores, a la que califica de “intolerable”.
El duelo entre la selección de aquel país, que pasó a semifinales tras derrotar a Brasil, provocó que en el centro penitenciario Marche-en-Famenne se instalara una pantalla para que los reclusos pudieran observar el partido.
El CPT ha denunciado que en las prisiones hay “confinamiento casi permanente de detenidos en celdas consideradas intolerables”, termino que usaron para calificar también la comida, condiciones higiénicas y las celdas. En una encuesta que realizaron entre presos y personal las palabras que más escucharon fueron “frustración, desmoralización y sentimiento de abandono”, refirió la agencia Efe.
Mientras esto sucede, autoridades del centro penitenciario Jamiloux permitieron a sus trabajadores organizar sus horarios para que puedan apreciar los partidos de su selección.
Los expertos del CPT, que han visitado las cárceles de ese país desde 2005 aseveran que no hay un progreso en la mejora de sus condiciones sino que, al contrario, con las huelgas se agravaron.
Por su parte, le gobierno de Bélgica ha anunciado que si su selección llega a la gran final del Mundial, instalará una pantalla gigante para que los aficionados puedan ver el juego en el Estadio Rey Balduino de Bruselas.