El 7 de octubre la oficina del fiscal general egipcio decidió iniciar una investigación oficial contra mí por una acusación de “blasfemia” –o, como ellos dicen, “insultar al Islam”.
Mi delito fue expresar mis creencias ateas en mi cuenta de Twitter. Las autoridades egipcias también arrestaron a mi amigo Alber Saber por cargos similares. Él permanece en prisión a día de hoy.
Foreign Policy