Branislav Milinkovic, embajador de Serbia ante la OTAN, se suicidó el miércoles pasado en un estacionamiento belga.
Antes del deceso, el funcionario serbio estaba conversando y bromeando con un colega en el complejo dentro del aeropuerto de Bruselas.
Repentinamente caminó hacia una barrera de protección, se subió a ella y sin decir nada más, saltó de una altura entre ocho y 10 metros, declaró ayer un diplomático.
Indigo Staff