La justicia británica ha decidido este martes mantener la orden de detención que impiden al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, salir de la embajada de Ecuador en Londres, donde se refugió desde hace más de cinco años para evitar su extradición a Suecia y ser juzgado por delitos de sexuales, denuncia que fue archivada desde mayo de 2017.
Mark Summers, abogado de Assange solicitó a la Corte de Magistrados Westminster que suspenda el mandato de arresto, con el argumento de que la justicia sueca clausuró el caso el año pasado, pues “su detención ya perdido su propósito”.
Ante el argumento del abogado, la jueza Emma Arbuthnot expresó que la negativa de Assange de presentarse ante la justicia cuando se le requirió, implica un acto de transgresión de la ley. La magistrada fue tajante al puntualizar “una vez que el acusado que encuentre ante el tribunal, tendrá la oportunidad de argumentar esa causa razonable”.
La argucia del equipo legal del australiano pretende frenar la posibilidad de ser extraditado
a Estados Unidos, nación en la que tendrá que responder a la filtración de información confidencial del Gobierno a través de su página WikiLeaks.
No son los únicos en dar pasos para terminar con la estancia de Julian Assange en la sede diplomática de Ecuador, pues al gobierno actual le ocupa mantener la neutralidad en conflictos internacionales, toda vez que las filtraciones de WikiLeaks han tocado las fibras políticas de países como Estados Unidos y España; en el primer caso, con los correos que expusieron a los candidatos presidenciales, y la nación europea, al fijar postura sobre la separación de Cataluña.
Assange se ha vuelto un huésped incómodo para Ecuador, y sus apariciones públicas se reducen a videoconferencias y breves paseos en el balcón. Lo que llevó a que en su última visita médica, los galenos afirmaran que “no ha tenido acceso a luz solar, a ventilación adecuada o a un espacio exterior durante más de cinco años y medios”, aseveraciones acompañadas de la recomendación de brindarle atención médica hospitalaria.
En tanto se resuelve su situación, Assange se encuentra con disposición de responder ante la justicia británica, pero no a costa de afrontar su extradición a Estados Unidos, acción que califica de injusta, aseveró Jeniffer Robinson, miembro del equipo legal del activista.