Oklahoma, uno de los 32 estados en la Unión Americana con pena de muerte, busca un nuevo método para ejecutar a los sentenciados.
Ante la incapacidad del estado para comprar los químicos de las inyecciones letales, debido a la oposición de farmacéuticas para entregar estos productos a prisiones estadounidenses, el nitrógeno es la solución que plantea el gobierno del estado.
Los condenados a muerte serían forzados a inhalar nitrógeno, lo que ante la escasez de oxígeno provocaría asfixia, falta de oxigeno en la sangre y células, y ocasionaría la muerte de los presos en escasos 15 segundos.
El método jamás se ha utilizado en el país, sin embargo, la propuesta está respaldada en que el cambio de oxigeno natural y nitrógeno sería casi imperceptible para los condenados, según defendió el fiscal general de Oklahoma, Mike Hunter.
“Usar un gas inerte será efectivo, simple de administrar, fácil de obtener y no requiere procedimientos médicos complejos”, argumentó Hunter en un comunicado.
Sin embargo, según el Centro de Información de Pena de Muerte el nitrógeno no fue aprobado para la eutanasia de animales mamíferos a como lo solicitó la Asociación Médica Veterinaria Americana, pues se consideró un método inapropiado.
Citó que el método es experimental, ya que provocar la muerte de un cerdo de un peso aproximado de 32 kilos tomaría al menos 7 minutos.