Odio racial, el desafío de Joe Biden tras el tiroteo en Buffalo que dejó a 10 personas muertas, en su mayoría gente de color

Garnell Whitfiel perdió a su madre este fin de semana en un crimen de odio. El excomisionado de bomberos de Buffalo se enteró de esta noticia por sí solo, luego de que visitó el supermercado de la cadena Tops en el que un joven de 18 años comenzó un tiroteo el sábado pasado.

Whitfiel acudió al sitio para ofrecer su ayuda, pero se dio cuenta que una de las víctimas era Ruth, la mujer que lo había criado.

Ruth fue una de las 10 personas que perdieron la vida cuando el joven de nombre Payton Gendron entró a la tienda a lanzar un estimado de 50 tiros, a lo que las autoridades llamaron “un crimen de odio por motivos raciales”.

De las 13 personas que recibieron al menos una bala, 11 eran de color, entre las que también se encontró Aaron Salter, de 55 años, quien llevaba trabajando en el vecindario por tres décadas como policía.

Según una investigación preliminar, el ahora detenido sin derecho a fianza visitaba portales de Internet de supremacistas blancos y de teorías conspirativas racistas, lo cual ocasionó una mayor conmoción en todo Estados Unidos.

Tras darse a conocer el tiroteo, el presidente Joe Biden no dudó en hacer un anuncio, asegurando que todos deben trabajar juntos para abordar el odio, pues éste “sigue siendo una mancha en el alma” de su país.

“Los delitos de odio por motivos raciales o los actos de extremismo violento son daños contra todos nosotros y debemos hacer todo lo posible para garantizar que nuestras comunidades estén a salvo de tales actos”, dijo por su parte la vicepresidenta Kamala Harris.

Sin embargo, enfrentarse al odio racial no es tarea fácil para el actual gobierno estadounidense, considerando que está asociado al fenómeno de “El Gran Reemplazo“, el cual surgió desde la Revolución Francesa.

Según explica la doctora en Relaciones Internacionales y docente en el Tecnológico de Monterrey, Arlene Ramírez Uresti, esta teoría se basa en que la supremacía blanca está sintiendo que está disminuyendo mientras que los grupos de otras etnias se incrementan, ocasionando “actos nocivos” como los tiroteos, para tratar de controlar la influencia y la invasión en los terrenos sociales y políticos.

Esto en Estados Unidos tomó mucho más fuerza en la época del gobierno de Donald Trump, recordando que el ahora expresidente luchaba para que su país fuera un territorio de cero inmigrantes, aun cuando la población de color ha aumentado en la Unión Americana con el paso del tiempo.

De acuerdo con un análisis del Pew Research Center de los datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos, la población de inmigrantes afroamericanos ascendió a 4.6 millones en 2020, y se prevé que alcance los 9.5 para 2060.

Este fenómeno también podría registrarse en otros países, donde al igual que en Estados Unidos se ubica la ideología de “El Gran Reemplazo” en ciertos líderes políticos, como en Marine Le Pen, excandidata a la presidencia de Francia, o en el Movimiento 5 Estrellas, un grupo político de Italia.

“Esta es la parte más preocupante, porque Biden se enfrenta a un fenómeno por demás complejo que difícilmente puede atacar y revertir en lo inmediato. El hecho de que veamos a jóvenes de 17 u 18 años inmersos en estos movimientos, habla de la gran contaminación ideológica y social que se vive no sólo en Estados Unidos, sino en el resto del mundo”, dice Ramírez Uresti.

De igual manera, plantea que este fenómeno hoy en día representa un desafío adicional por las redes sociales, donde a pesar de que se difunden comentarios racistas, la censura sigue siendo un tema a debatir.

“Si bien es cierto que hay un derecho a la libertad de expresión y de pensamiento, también existe el derecho de todos a ser respetados y a tener dignidad sin importar nuestra condición”, apunta la especialista.

Medidas a tomar por el gobierno de EU ante el odio racial

Ante un desafío de alcance mundial que representa el odio racial, el gobierno Biden-Harris tendrá que atender el problema de manera urgente, aun cuando es seguro que no va a desaparecer en el corto ni en el mediano plazo.

Entre las medidas que la administración demócrata debe implementar, la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ya había propuesto desde 2021 la adopción de reformas y respuestas elaboradas a través de diálogos nacionales con la participación y representación tanto del gobierno como de la población afrodescendiente.

“Creo que Biden debe tocar temas de educación, de contenidos educativos en favor de la igualdad racial. A lo largo de su mandato ha hecho mucho por la inclusión, pero le hace falta este componente importante y ojalá en ese sentido pueda tener el tiempo para aplicarlo porque se le está yendo de las manos.

“El presidente tiene que trabajar mucho, y aunque empezó bien con una agenda bastante incluyente, se quedó corto. Sin embargo, creo que eso le sirve como reflexión para introducir estos temas tan delicados en la agenda”, dice la doctora del Tecnológico de Monterrey.

De acuerdo con la docente, para enfrentar la problemática racial también tendría que haber un movimiento global en favor del respeto a la diversidad etnias así como se ha hecho por el feminismo y los derechos de las personas de la comunidad LGBTI+.

“Tendría que haber un movimiento de igual intensidad, sobre todo porque los flujos migratorios no se van a detener (…) Además, hay que poner mayor atención en los jóvenes, en lo que consumen en las redes, en las plataformas de comunicación y en los videojuegos”, señala.

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