Ayer entró en vigor la reforma migratoria que permite a los cubanos poder viajar al extranjero sin los antiguos requisitos gubernamentales.
Antes, para salir de la isla caribeña había que tramitar la burocrática tarjeta blanca y la carta de invitación.
Ahora, por primera vez en 50 años, se salir de las frontera tramitando únicamente el pasaporte cubano y la visa del país a donde se desee arribar.
La puesta en marcha del mencionado cambio migratorio provocó largas filas en las oficinas de la Dirección de Inmigración y Extranjería.
De los más de 11 millones de habitantes cubanos, solo viajaban al extranjero un promedio de 72 mil por año, entre 2000 y 2012.
Además, los ciudadanos podrán permanecer 24 meses afuera del país sin perder sus derechos sociales.
“Mi sobrina me invitó, voy en visita familiar”, dijo Ester Ricardo, una de las 30 personas formadas frente a la agencia Havanatour, informó AP.
Ricardo, de 68 años, tiene una visa emitida para ir a Estados Unidos y no había recibido la tarjeta blanca que tramitó.
Sin embargo, desde este lunes no la necesita más y acudió a comprar su pasaje para irse cuanto antes.
“No me voy a quedar, tengo una hija aquí”, explicó la mujer que espera pasar unos seis meses antes de regresar.
La ley anunciada en octubre es una de las más esperadas reformas emprendidas por el presidente Raúl Castro.
La legislación abrirá la posibilidad para viajes temporales a sectores antes limitados como el personal de salud.
Pero junto con la satisfacción por la activación de la reforma migratoria, muchos cubanos han comenzado a advertir que ahora las dificultades están en obtener las visas de las naciones elegidas para visitar.
“Deseo viajar. Nunca he podido viajar, ellos (Estados Unidos) me denegaron la visa porque podía ser una posible inmigrante. Ahora el problema será de los otros países, no de Cuba”, lamentó María Jiménez.
Si los países no emiten las visas necesarias para viajar a los cubanos, la incipiente ley no representa beneficio alguno.
(Con información de AP)
