Belén, el lugar venerado como el nacimiento de Jesús según la Biblia, experimentó una inusual tranquilidad en la víspera de Navidad este año. La cancelación de las festividades, resultado de la escalada del conflicto entre Israel y Hamás, transformó la típicamente bulliciosa Plaza del Pesebre en un pueblo fantasma.
La ausencia de luces festivas, árboles de Navidad y turistas extranjeros marcó un contraste palpable con años anteriores. La Plaza del Pesebre, que suele estar llena de visitantes en estas fechas, se encontraba desierta, patrullada solo por agentes de seguridad palestinos.
Se cancelan las celebraciones de #Navidad en #Belen, #Palestina.
Reverendo Isaac:
“Es imposible celebrar la Navidad cuando en nuestra tierra se está produciendo un genocidio”#Gaza#Israel asesino. pic.twitter.com/jP0GzWSfBr
— Abu Amal (@FalasAbuAmal) December 23, 2023
Duro golpe a la economía en Belén
Las repercusiones económicas de la cancelación de las celebraciones navideñas son severas para Belén, donde el turismo representa aproximadamente el 70 por ciento de los ingresos, especialmente durante la temporada navideña.
Con la cancelación de vuelos y la falta de visitantes extranjeros, alrededor de 70 hoteles en Belén se vieron obligados a cerrar, dejando a miles de personas sin empleo.
Incluso las tiendas de regalos, que abrieron tarde en la víspera de Navidad, se encontraron con la falta de clientes. Los propietarios de negocios expresaron su preocupación por la difícil situación económica y la incertidumbre sobre cuándo se recuperará el turismo.
El restaurante Afteem, conocido por su falafel, operaba a solo un 15 por ciento de su capacidad normal en una víspera de Navidad que solía ser el día más movido del año. La falta de clientes y la imposibilidad de cubrir los costos operativos plantean desafíos para muchos comercios locales.
Habitantes piden un alto al fuego
En lugar de las celebraciones habituales, la Plaza del Pesebre albergó gestos de solidaridad y reflexión. Jóvenes exploradores guardaron silencio, ondearon banderas y mostraron pancartas con mensajes de paz y cese al fuego en Gaza. Incluso el coro de la Iglesia de la Natividad adaptó su repertorio musical, optando por himnos solemnes en lugar de las canciones alegres tradicionales.
La situación en Belén refleja el impacto generalizado del conflicto en la región, con la economía local y la vida cotidiana afectadas. Mientras algunos visitantes internacionales, como el pediatra Joseph Mugasa de Tanzania, expresaron su tristeza y solidaridad, la comunidad local espera tiempos mejores y un retorno a la normalidad después del cese de las hostilidades.
En total, la guerra entre Israel y Hamás ha dejado un saldo devastador en Gaza, con miles de muertos y heridos, y ha afectado la vida en Cisjordania. La esperanza de una Navidad llena de paz y alegría en Belén se vio eclipsada por las sombras de la guerra, dejando a la comunidad cristiana local y a los comerciantes enfrentando desafíos difíciles en medio de la temporada festiva.
Con información de AP