Nir Oz, el kibutz en Israel que sigue en ruinas por el ataque de Hamás

Al rededor del 28 por ciento de la población del kibutz fue asesinada o secuestrada por el grupo islamista radical el pasado 7 de octubre, entre ellos ancianos y familias enteras
Fernanda Muñoz Fernanda Muñoz Publicado el
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Israel.- La casa de Ofelia Roitman, de 77 años, se detuvo el 7 de octubre de 2023, cuando hasta 900 terroristas, entre integrantes de Hamás y civiles palestinos de ideología islamista radical, ingresaron a su kibutz.

La madrugada del 7 de octubre, Roitman se encontraba en el kibutz Nir Oz, ubicado a 1.6 kilómetros de distancia de la franja de Gaza, cuando las alarmas de misiles se escucharon en su zona. A diferencia de otras ocasiones, ese día era diferente, se comenzaron a escuchar gritos en hebreo. Habían sido invadidos.

Como en otras casas del kibutz, el hogar de Roitman fue violentado, integrantes de Hamás ingresaron de manera violenta hasta encontrar el cuarto blindado, dispararon en 10 ocasiones y, al abrir la puerta, ahí estaba ella. Al igual que a otros de sus vecinos la hirieron para que, entrada en vulnerabilidad, se la llevaran. El suelo de la recámara quedó impregnado con su sangre, la cual recorrió todo el piso hasta la salida. Ofelia se sumó a uno de los 37 secuestrados de su kibutz que fueron llevados a la franja de Gaza.

Roni Kaplan, portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel, califica de ‘insólito’ que Hamás haya atacado las casas de las personas que trasladaban a palestinos a hospitales israelíes. Foto: Especial

Aunque Roitman fue liberada en el día 53 de la guerra, no volvió a su casa a excepción de sus hijos que acudieron a limpiar un poco de todo el caos que dejaron los integrantes de Hamás durante su estancia, aún así, gran parte de sus pertenencias siguen intactas, como su librero donde se descubre que leía sobre Fidel Castro, arte angolana y Buenos Aires.

Lo que delata la pausa en la que quedó el hogar de Ofelia es su calendario, que se frenó en octubre de 2023. Algunos días están marcados con lo que parece ser la letra de Roitman, entre corazones y nombres.

Hamás quemó casas para provocar la salida de las personas y secuestrarlas o asesinarlas

La suerte de Roitman solo la tuvieron unos pocos, como la familia de David Cunio, la cual salió liberada en la pausa operativa de la guerra. A diferencia de ellos, se espera que el hombre de 33 años siga en la franja de Gaza con vida.

La familia de Cunio fue secuestrada en cuanto salió de su refugio minutos después de que los islamistas radicales cortaran la manguera de gas, lo que provocó que se quemara la infraestructura; un método que Hamás usó en la mayoría de las casas para incitar la salida de las personas para asesinarlas o secuestrarlas.

En otros hogares, como el de Roitman, Hamás ingresaba con acciones de vandalismo, disparaban a quien se le encontrara por enfrente y hasta atacaban los muebles y electrodomésticos.

Roni Kaplan, portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), explica que antes del ataque del 7 de octubre, 417 personas habitaban el kibutz Nir Oz, una comunidad calificada como “jardín botánico” por la cantidad de zonas verdes que hay, con árboles altos y coloridos que ahora parecieran no coincidir más con las casas quemadas y destruidas.

El kibutz Nir Oz estaba dedicado a la agricultura, allí se sembraba zanahoria, aguacate y trigo, lo que incita a personas a mudarse en un futuro con su familia.

Antes de que este kibutz vuelva a ser habitado, deberá ser despejado y restaurado. Por ahora, todas las casas tienen marcas como una “x”, que significa que las autoridades israelíes no encontraron a nadie en cuanto inspeccionaron la zona; una “c”, que representa limpio, y se especifica si está apta o no para derribarla.

El césped del kibutz también se encuentra con ciertos agujeros de tierra en los que, según explica Kaplan, las autoridades realizaron el método de tamización para descifrar más información sobre los habitantes desaparecidos. Mientras realizaban el procedimiento, llegaron a encontrar trozos de cráneo, hueso y dientes.

Israelíes que ayudaban a palestinos fueron los primeros en ser atacados el 7 de octubre

Las interrogantes en torno a las muertes en el kibutz Nir Oz están más presentes que nunca, sobre todo si se habla de casos como el de Oded Lifshiz, un hombre de 83 años dedicado al periodismo, a la música de piano y a la pacificación.

Adentrado en la casa derrumbada de Oded, donde a diferencia de otras no tiene ningún rastro de muebles sino columnas desechas y rocas, Roni Kaplan comparte que este hombre representaba a la población israelí que estaba de acuerdo con la coexistencia con sus vecinos palestinos.

Muestra de la apertura que caracterizaba a Oded es que regularmente viajaba al cruce de Erez para recoger a ciudadanos palestinos y llevarlos personalmente a hospitales israelíes para recibir las atenciones médicas que en Gaza no tienen a pesar de la ayuda humanitaria que recibe cotidianamente.

Referente a casos como los de Oded, Kaplan asegura que es “insólito” que la población en Gaza y Hamás sabían que la gente que vivía en Israel, en específico en el kibutz Nir Oz, eran personas que estaban más en acuerdo con coexistir con sus vecinos palestinos, “y aún así fueron los primeros en ser atacados”.

“La gente pensaba que había que darle una opción de paz y así les pagó Hamás. Esta no es una situación política, sino teológica”, afirma Kaplan.

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