Nicaragua, en espera de las presidenciales y de una victoria para Daniel Ortega

Al no contar con una oposición lo suficientemente fuerte con una agenda política objetiva, se espera que el próximo domingo el presidente Daniel Ortega obtenga una cuarta reelección, algo que podría empeorar aún más la estabilidad social y económica de su país
Fernanda Muñoz Fernanda Muñoz Publicado el
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Nicaragua está a sólo unas horas de llevar a cabo uno de sus eventos políticos más importantes: las elecciones a la presidencia, las cuales ya tienen un posible ganador.

En las boletas electorales, además del nombre del actual presidente Daniel Ortega, quien busca su cuarta reelección, aparecerán otras cinco opciones a elegir, de las que no se espera un gran apoyo por parte de sus ciudadanos.

Esta previsión ha estado sobre la mesa por meses, principalmente desde de que el jefe de Estado dio a conocer, en agosto pasado, su interés por volver a participar en las contiendas generales, y al ser él quien maneja las instituciones electorales de su nación.

Pero no sólo eso, las probabilidades de llevarse otra victoria se reafirmaron cuando comenzaron a haber detenciones hacia los primeros aspirantes presidenciales, así como a distintos opositores políticos, entre ellos Cristiana Chamorro, hija de la expresidenta Violeta Barrios, y Félix Maradiaga, precandidato del bloque no parlamentario Unidad Nacional.

Así como a ellos, a la fecha las autoridades nicaragüenses han frenado el camino de al menos 39 dirigentes políticos y tres partidos opositores bajo la Ley 1055, la cual señala como “Traidores a la Patria” a todos aquellos que, entre otras cosas, encabezan o financian un golpe de Estado, y demandan, exaltan y aplauden la imposición de sanciones contra el Estado y sus ciudadanos; acciones que la reforma denomina como “Actos de Traición”.

Ante este panorama, sin una competencia política fuerte y con sanciones económicas por detener a posibles candidatos y por no permitir la participación de observadores extranjeros, medios locales e internacionales no ven otro camino más que una victoria más para Ortega y para su esposa Rosario Murillo, quien va por la vicepresidencia.

Al respecto, es el maestro Nayar López Castellanos, politólogo latinoamericanista y académico de la UNAM, quien opina que este escenario se veía venir sobre todo por el tipo de oposición nicaragüense y a pesar de ella.

“Creo que Ortega habría ganado aún con cualquiera de los candidatos oponentes, porque esta oposición está totalmente dividida y no cuenta con un apoyo sustancial, no tiene ningún panorama político de fondo. Lo único que los unifica es que el actual presidente no vuelva a ser el mandatario”, menciona.

De acuerdo con él, lo que a la oposición le hizo falta, sobre todo en estas elecciones, es que sus candidatos tuvieran una trayectoria política a fin de ganar legitimidad social, y un proyecto de nación que fuera más allá de las promesas ya conocidas en favor de la democracia.

“No es una oposición que tenga contenido para crear un cambio. Sus banderas son de uso común: la democracia y el respeto a la libertad, pero en el fondo no representan una verdadera alternativa”, detalla.

De ese modo, el también catedrático deja en claro que por ahora no se ve que haya un opositor fuerte en Nicaragua al corto ni al mediano plazo, pues el bloque anti-sandinista no cuenta con un líder o referente político, algo que es diferente en otros países latinoamericanos, donde cuentan con otras opciones de ideología como de centro izquierda y derecha.

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Un futuro turbulento en Nicaragua tras las elecciones

Al darse a conocer la intención de reelección por parte de Daniel Ortega y la falta de libertad política que se registró a partir de ello, no sólo los medios previeron un panorama incierto para Nicaragua, sino también distintos gobiernos de la región y organizaciones en favor de los derechos humanos.

El día de ayer, por ejemplo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) condenó la situación en el país latino, denunciando un incremento de la represión a medida que se acercaba el periodo electoral, por lo que pidió que se restableciera el Estado de Derecho.

El doctor Fernando Neira, miembro del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC) de la UNAM, sostiene en ese sentido que, de ignorar los avisos internacionales, el hecho de que Ortega vuelva a ser reelegido “es terrible” no sólo para su país sino para el resto de Latinoamérica.

“Curiosamente alguien que lideró en su momento todo movimiento en contra de la dictadura en Nicaragua hoy en día está asumiendo el mismo papel; entonces, es muy lastimoso y preocupante, porque en el caso de triunfar lo que hace es que va a agraviar la situación de su país aún más de lo que ya estaba”, señala.

De acuerdo con el académico, la estadía de Ortega al mando del Ejecutivo va a agravar los conflictos sociales, la desigualdad y las pocas posibilidades de apoyo de carácter internacional, lo que derivaría a distintas manifestaciones de la mano de confrontaciones, “una situación que uno no quisiera ni desea para América Latina, y en particular para el caso nicaragünse”.

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