A cinco días de que 20 niños y seis adultos murieran por el tiroteo en Newtown, Connecticut, el presidente Barack Obama anunció una serie de medidas inmediatas para prevenir tragedias como la vivida en la primaria Sandy Hook.
“Esta vez, las palabras deben conducir a los hechos”, dijo el mandatario en su discurso de ayer desde la Casa Blanca.
Reconoció que la matanza del viernes fue “una llamada que nos hizo despertar a todos”.
La iniciativa pretende combatir la violencia armada desde distintos enfoques, que van desde restricciones en la venta de armas, hasta mayor presupuesto para antender problemas de salud mental.
Para lograrlo, Obama encomendó a su gobierno la definición de propuestas concretas, formando un equipo con varios miembros de su gabinete y encabezado por el vicepresidente Joe Biden.
Los departamentos de Justicia, Educación, Salud y Recursos Humanos, y Seguridad Interna, junto con organismos externos y legisladores, serán participantes en este proceso.
El mandatario fijó enero como el plazo para que se le entreguen las recomendaciones, ya que prometió buscar la implementación de las nuevas propuestas sin demora.
La ley olvidada
Obama también exhortó al Congreso a restablecer una prohibición de las armas de asalto, que expiró en 2004.
Una ley que no solo ha sido exigida de vuelta a nivel local, sino que países como México, afectados por el tráfico de armas desde Estados Unidos, han instado a que se renueve.
El mandatario además invitó a los legisladores a aprobar una medida para corregir una laguna legal que permite a las personas comprar armas de fuego a comerciantes privados sin que se verifiquen sus antecedentes y la posibilidad de limitar las cartucheras de gran capacidad, como las armas de guerra.
(Con información de AP)