Mujeres se manifiestan contra talibanes en Afganistán

Tras la llegada de los talibanes a Kabul, un grupo de mujeres protagonizó una insólita protesta en contra del nuevo régimen que asegura respetará sus derechos, pese a que la evidencia histórica demuestra lo contrario
Karina Vargas Karina Vargas Publicado el
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Ante el regreso de los talibanes a Afganistán, el panorama luce incierto para los habitantes del país oriental, en particular para las mujeres, quienes han sido históricamente reprimidas y violentadas por este grupo bajo la Ley Sharia, que prescribe una forma de vida completa para los musulmanes (en lo social, cultural, religioso, militar y político).

En una conferencia de prensa, el portavoz del grupo, Zabihullah Mujahid, destacó que en su proyecto de Gobierno contemplan conceder amnistía general, respetar los derechos de las mujeres en el marco del islam y que no permitirán que el Emirato Islámico sirva de base para que ciertos grupos amenacen a otros países.

Respecto a las mujeres, Mujahid aseguró que “estarán contentas de vivir bajo la Sharía”, y que podrán trabajar y estudiar; no obstante, no dio más detalles sobre las condiciones en las que esto sucedería y qué reglas deberán seguirse de ahora en adelante.

Cabe recordar que entre 1996 y 2001, cuando los talibanes estaban en el poder, se impusieron estrictas leyes islámicas sobre la población, que incluía que las mujeres debían ir cubiertas desde la cabeza hasta los pies por el uso de burkas.

Dichas reglas fueron difundidas por la Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán (RAWA, por sus siglas en inglés), que ayer publicó una lista de 29 prohibiciones que sufrirán las mujeres bajo el nuevo Gobierno.

Se trata de la organización político-social más antigua de mujeres afganas, y “luchan por la paz, la libertad, la democracia y los derechos de las mujeres en un Afganistán devastado por el fundamentalismo desde 1977”.

De la lista destaca la completa prohibición de cualquier tipo de actividad de las mujeres fuera de casa a no ser que sean acompañadas de un hombre; prohibición a estudiar en escuelas, universidades o cualquier otra institución educativa; azotes, palizas y abusos verbales contra las mujeres que no vistan acorde con las reglas talibán; o lapidación pública contra las mujeres acusadas de mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio.

Estas posturas han alertado a la comunidad internacional que advierte un posible retroceso en el respeto de los derechos humanos y las garantías individuales ante el nuevo Gobierno.

Islam, feminismo y tradición

En contraste con la alerta de dominación patriarcal que se vaticina con el régimen talibán, el libro Feminismos Islámicos, compilado por el sociólogo Ramón Grosfoguel, propone que contrario a la Biblia, el mensaje del Corán tiene un principio más radical de igualdad de género.

“Son muy pocos los versos del Corán (menos de cinco) que han sido utilizados para justificar prácticas culturales patriarcales, y para eso los intérpretes patriarcales han tenido que distorsionar bastante los sentidos del árabe clásico y el espíritu de la revelación cambiando el significado de las palabras y obviando los contextos históricos e intertextuales en que los versos fueron revelados”, escribe.

De este modo, señala que las feministas islámicas consideran que el mensaje del Corán provee posibilidades de crítica a la dominación patriarcal, y aclara que construir un proyecto de liberación de la mujer desde las fuentes sagradas del islam, en lucha contra la tradición imperial/colonial eurocéntrica y en lucha contra los patriarcados subalternizados de los pueblos colonizados/neocolonizados del mundo musulmán es un asunto intelectualmente complicado, que requiere de profundos conocimientos sobre la tradición islámica y la tradición occidental.

Subraya que hay “feminismos islámicos” que intentan abrazar el proyecto de la modernidad de manera acrítica, aceptando el discurso de que el islam tiene que ponerse al día con los “avances” y “progresos” de Occidente y la modernidad. Mientras que otras “feministas islámicas” entienden la modernidad como un proyecto colonial civilizatorio y, por tanto, vindican una crítica radical de la modernidad eurocentrada, generando una autonomía epistémica y organizativa de los proyectos feministas occidentales.

A 20 años de la salida de los talibanes de Afganistán, los movimientos ideológicos, políticos, culturales y sociales, como el feminismo, plantean un futuro para las mujeres con más aristas que las que se analizan a primera vista.

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