La Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (CBP) de Estados Unidos aceptó el ingreso a su país a ocho personas, entre ellas mujeres y niños integrantes de la Caravana Migrante, que buscan asilo.
Dicha autorización se dio luego de que la caravana integrada por ciudadanos centroamericanos viajaran por México y llegaran a la frontera sur de Estados Unidos para buscar entrar al país.
Durante la manifestación, los migrantes centroamericanos ondeaban las banderas de Honduras, Guatemala y El Salvador en representación de su país ante las leyes migratorias que ha impuesto Donald Trump para impedir su paso.
Una de las primera integrantes que pudo ingresar a Estados Unidos fue una hondureña de 29 años, quien pisó el suelo estadounidense acompañada de su hija de nueve meses que cargaba en brazos.
Por su parte, los 200 centroamericanos que restaron de la caravana permanecieron en Tijuana en espera de su improbable ingreso, ya que el Departamento de Justicia (DOJ) acusó de ingresar ilegalmente a 11 personas que formaban parte de la caravana.
200
Estos migrantes ingresaron al país norte a través de dos áreas conocidas como Goat Canyon y W-8, al oeste de San Ysidro, California.
Los deportados fueron seis hondureños, tres guatemaltecos y dos salvadoreños, quienes fueron detenidos tras cruzar ilegalmente la frontera hacia Estados Unidos, acto que la mayoría de la caravana no se ha atrevido a hacer, ya que decidieron elegir los 50 casos más vulnerables para que entraran primero al punto fronterizo que separa Tijuana y San Diego y así pudieran pedir asilo a las autoridades de EU.
