El poder de las mujeres
Representan alrededor del 53 por ciento del electorado, y desde que obtuvieron el derecho al voto ninguno de los candidatos ha ascendido a la Casa Blanca sin su apoyo.
Andrea Montes Renaud
Representan alrededor del 53 por ciento del electorado, y desde que obtuvieron el derecho al voto ninguno de los candidatos ha ascendido a la Casa Blanca sin su apoyo.
En ese sentido, para muchos analistas el 8 de noviembre las mujeres se enfrentarán colectivamente a su prueba más grande en la historia moderna norteamericana: impedir que el candidato republicano Donald Trump se convierta en el próximo presidente de Estados Unidos.
Por eso las mujeres podrían ser el factor decisivo de estas elecciones y Trump está perdiendo más y más el apoyo de este bloque crucial de votantes.
Quedan siete días antes de que los estadounidenses elijan entre si Hillary Clinton o Donald Trump será el 45° presidente de Estados Unidos. Y a este punto resulta difícil recordar otro mes de la campaña presidencial que haya tenido tantos giros y reveses.
Con la campaña marcada por la reapertura de la investigación del FBI sobre los correos privados de Hillary Clinton, la candidata demócrata busca superar el choque de este caso que erosiona su ventaja en las encuestas, apuntando hacia las mujeres votantes.
Las encuestas muestran que las votantes de Clinton se están movilizando a niveles récord en muchos estados clave para ejercer el voto de castigo contra Donald Trump, quien durante gran parte de su campaña no ha hecho más que repeler el voto femenino.
Son cuatro campos de batalla cruciales: Florida, New Hampshire, Pennsylvania y Carolina del Norte, donde los datos detallados de la votación anticipada disponible muestran que las mujeres
demócratas tienen números desproporcionados de movilización.
Tratándose de la primera carrera presidencial en que un partido importante lanza a una mujer como candidata, el género inevitablemente juega un papel fundamental.
Sin embargo, lo sorpresa de esta histórica y atípica campaña electoral es que el papel del género no se condensó en torno a la figura de Hillary Clinton y lo que supone la histórica oportunidad de que una mujer llegue a ocupar la Casa Blanca por primera vez, sino entorno a la naturaleza de su oponente: específicamente sus comentarios misóginos y posteriores acusaciones de asalto sexual.
Unidas contra Trump
El enfoque de género se ha expandido desde ese día de manera impredecible. La crítica de Trump hacia Clinton en su tercer debate como una “mujer desagradable” – nasty woman–, fue adoptada por la propia candidata y sus partidarios.
Pronto se convirtió en el eslogan de las últimas semanas para las mujeres que apoyan la dignidad de la mujer, y para emitir una promesa de que durante la jornada electoral: “we nasty women, will defeat him (nosotras, las mujeres desagradables, vamos a derrotarlo)” .
Las mujeres republicanas prominentes dentro del Partido Republicano también han expresado su repudio por el candidato y hacia su propio partido por haberlo respaldado.
En ese sentido, Clinton y su campaña están tratando de canalizar la indignación de las palabras y supuestas acciones de Trump, en votos para ella y las candidatas al Senado.
‘Las desagradables’
El movimiento de las votantes de Clinton ha servido para contrarrestar un fortalecimiento similar de apoyo hacia Trump de lado de su audiencia clave: hombres blancos de clase obrera.
El jueves, la primera dama Michelle Obama, la figura más popular en la escena nacional, hizo campaña junto a Clinton en Carolina del Norte.
La senadora Elizabeth Warren también acompañó a la candidata demócrata en New Hampshire. Y cada mensaje en los mítines fue un llamado a las mujeres a ayudar a Clinton a derrotar a Trump.
En Carolina del Norte, un estado tradicionalmente republicano en donde Trump debe imperativamente ganar para llegar a la presidencia, Clinton lleva una ligera ventaja sobre el magnate, por lo que los mensajes a las mujeres ya dominan los anuncios de ambas campañas.
En apoyo a ella y en antipatía hacia él, las mujeres buscan dar los números suficientes para contrarrestar los votos en los estados que el candidato republicano necesita ganar para llegar a la Casa Blanca.
El rechazo femenino
Está claro que Donald Trump -que no ha tratado de disipar las preocupaciones del electorado femenino-, tiene el mayor problema entre este bloque de votantes.
En un sondeo publicado el jueves por la apartidista Pew Research Center, sólo el 38 por ciento de los encuestados dijo que Trump tenía una “buena cantidad” de respeto hacia las mujeres. Mientras que 5 de cada 10 mujeres dijeron que no tiene “ningún respeto” para ellas.
Una encuesta nacional de NBC / Wall Street Journal publicada el domingo mostró que las mujeres han impulsado a Hillary Clinton a tener una ventaja de 11 puntos sobre Trump, del 48 frente al 37 por ciento, entre las posibles votantes.
Y es que entre el electorado femenino, Clinton tiene una ventaja de 20 puntos sobre Trump.
Mientras que entre los hombres, el magnate sigue siendo el candidato preferido con 8 puntos.
Pero en los 13 estados “indecisos”, que podrían definir la carrera presidencial, Clinton tiene una ventaja de 15 puntos sobre Trump entre las mujeres votantes, según un nuevo sondeo de CBS.
Además de que el apoyo de Trump entre las mujeres republicanas ha ido en picada, del 77 al 84 por ciento en el último mes.